Por donde quiera que la miraras

Por donde quiera que la miraras

ANTONIO SÁNCHEZ HERNÁNDEZ
Era hermosa por donde quiera que la miraras. Definitivamente a esta joven le había tocado mucho en la ya mencionada repartición de los panes y de los peces. Mirándola apenas y ya sabías que estabas enfrente de un meteoro y las fuerzas de la literatura en combate. Con sus pecas sobre los hombros, su sonrisa segura con un dejo de timidez, dueña de ojos penetrantes, como si ya supieran como se vivirá en algo tan desconocido como el futuro.

Miradas de largo plazo, qué bellas, y por eso siempre decían que el futuro es hoy, fuerza de meteoro, y era naturalmente como usted lo está sospechando ya, del comité directivo central del club de los santos y sanos trabajólicos.

Una bella mujer con todos los requisitos necesarios para vivir en sana y plena convivencia consigo mismo, y con más nadie. Me adapto pero dirijo esta orquesta. Es muy tradicional: aquí mandan las mujeres y nuestros hogares están hechos a imagen y semejanza de ellas. Administran y gestionan. Sapiencia antigua que dicha sea de paso está siendo desterrada por el simple y moderno principio que nadie se parece a nadie, ni siquiera los hermanos gemelos, y que por lo tanto todos los paraísos son interiores, hermosas palabras de la Yourcenar, propios y de más nadie, imposibles por definición de poder ser controlados por un paraíso externo, por meteoro y miradas de largo plazo que sea. Nadie se parece a nadie y por lo tanto, no debe permitir que le estén administrando su vida, y lo que es más grave por delegación.

Uno tiene los años que le quedan de vida, los otros ya los comimos. Y debe ser consecuente, sobre todo en la cuarta edad, de vivir a su manera, sin imposiciones no pendejadas, en esta ciudad llena de malhechores, de actores impunes. Lea la prensa y con una simple tijera dígale a sus hijos, para que además de computarizados sean activos sociólogos de su propia vida, que recorten los titulares más importantes de todos los periódicos incluidos los provincianos, y saquen su propia opinión, en tanto que niños, sobre la ciudad donde vivimos.

Era hermosa por donde quiera que la miraras. Definitivamente, a esta joven le había tocado mucho en la muy mencionada repartición de los panes y de los peces. Era mejor todavía sola que bien o mal acompañada, aunque fuera por una naturaleza externa, extraña muchas veces a su propio temperamento y maneras de mirar el mundo, como es natural cuando nadie se parece a nadie. Ahí no manda familia, el gran emperador, solo el paraíso interior de cada uno. Tres generaciones en una, en un constante descenso, en cada tramo de treinta años. Lo importante, lo único realmente importante, cuando los plátanos ya están garantizados, es la tranquilidad personal de cada quién, eso que algunos conocen como el futuro, que es en este caso la suma total de todos aquellos que buscan su propia felicidad. La pobreza no mira, es apenas mirada. No lo olvides.

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