Hasta es posible que el candidato haya visto algunos amigos de infancia de los que trajeron de Barahona para el desfile-manifestación del domingo último, en el cual el partido de la Liberación Dominicana exhibió la mala maña de mezclar la corrupción con la imaginación y creer que engañaría al pueblo con la gente que trajo de distintos pueblos de todo el país, para abultar, para engañar, para allantar.
Un nuevo despliegue de abuso de poder, de uso indebido e ilegal de fondos públicos, un derroche de dinero para contratar cada persona de las que movilizaron desde provincias y desde los barrios, para que participaran en la demostración.
A 500 pesos por cabeza y un pica-pollo y promesa de mil pesos cuando terminara el desfile. Los espero en la parada guaguas, les dijeron. Como siempre, el que reparte y reparte se queda con mayor parte y hubo muchos a quienes les robaron el bono, total, ya el mitin había pasado.
Juegan a la desmemoria, ya volverán a pintar pajaritos en el aire a nuevos infelices a quienes engañan una y otra vez. Ya volverán, para la próxima caravana, con el canto de sirenas de: esta vez te entregaremos el bono.
Es el desarrollo, al extremo, del tigueraje con fines de engañar a los demás e incumplir con la palabra empeñada. No tienen palabra de verdad, solo tienen palabra de mentiras.
No tengo constancia de que el candidato del PLD viera, o no viera, algún compueblano en la marcha de los miembros y simpatizantes de Santo Domingo, que incluyo centenares de personas de distintos pueblos del país. No tengo constancia. Delo que sí tengo constancia es de que “perro huevero, aunque le quemen la boca”.
Por el contrario, aquel espectáculo de miles y miles de jóvenes, adultos y hasta ancianos, de ambos sexos, disfrutando de la fría lluvia de este casi invierno, fue algo digno de ser recordado.
Nos llovió en medio de la marcha que realizábamos los miembros, militantes y simpatizantes del Partido Revolucionario Moderno, el pasado domingo en Santo Domingo.
Todo era auténtico; no había guaguas pagadas por el gobierno que trajeran personas a la marcha-caravana del PRM, todos fuimos por nuestra propia voluntad, movidos por la necesidad de cambiar esta marabunta que carcome el país hasta el 16 de agosto del 2020.
Decenas de miles de personas, de manera voluntaria y decidida, participamos en una marcha-caravana bendita por una lluvia que contribuyó a reforzar la voluntad de cambio y demostró que esa decisión es firme, que nada ni nadie, que ningún humano podrá detener el cambio. El cambio va, contra la corrupción, contra el pillaje.
Fue un ejercicio de democracia, solidaridad, militancia, apego y respeto a la voluntad de cambio. El cambio va.