Por el desarrollo de la frontera

Por el desarrollo de la frontera

En las relaciones entre República Dominicana y Haití empiezan a definirse iniciativas objetivamente inspiradas en el interés de generar progreso para ambos países. La señal más reciente la aporta el empresario Juan Vicini Lluberes, al anunciar un programa de inversión en la frontera, conjuntamente con empresarios haitianos, en proyectos de desarrollo para dar empleos a miles de jóvenes de ambos países. Esos proyectos están en la fase de estudio.

Hace poco, el empresario Frank Rainieri, presidente del Grupo Punta Cana, informó que forma parte de una iniciativa de inversión para la construcción de un aeropuerto en Haití, con la finalidad de desarrollar el turismo en el sur de esa nación. Desde hace varios años, el Grupo M está establecido en la región fronteriza, aportando al desarrollo de ambos países. Y Grupo Estrella, otra empresa dominicana, construye importante infraestructura en el vecino país.

En este mismo contexto, es previsible que el diálogo binacional permitirá definir otras iniciativas desarrollistas. Solo falta que el Gobierno invierta en infraestructura de servicio en la frontera, como hospitales para atender la demanda de asistencia de dominicanos y haitianos. Sería el complemento ideal para apuntalar el esfuerzo conjunto de empresarios dominicanos y haitianos que está dando tan buenas señales.

UNA POSTURA CORRECTA

A pesar de los vendavales desatados por la sentencia de la Corte IDH, el Gobierno dominicano ha mantenido la cordura, procurando hacer comprender a los países amigos la imposibilidad de someterse a las disposiciones de ese fallo y gestionando entre expertos en Derecho Internacional los mejores argumentos jurídicos, históricos y de otras índoles, para responder a las pretensiones del organismo regional. En consonancia con su serenidad, el Gobierno ha continuado el desarrollo del proceso de regularización que concibió para mejorar los controles migratorios.

El Gobierno ha tenido el tino de no aventurar para esta sentencia una respuesta basada en arranques de nacionalismo o pasiones que desnaturalicen la esencia de los argumentos. Ha hecho lo correcto al mantener una vigorosa gestión diplomática, hasta que llegue el momento oportuno de dar la respuesta más atinada y precisa.

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