Dentro del temario innovador que sustenta el cambio auspiciado por nuestro presidente Luis Abinader, el ancestral e irresuelto entendimiento con el vecino Estado de Haití es una de las novedades que empezará a dilucidarse con miras a resolverse.
Conforme a los tempranos acercamientos de nuestro gobernante con su homólogo haitiano Jovenel Moise, ese entendimiento que nunca debió postergarse hasta hoy, empieza a mostrar facetas positivas para su concretización en beneficio de ambas partes.
Así demuestra la declaración conjunta surgida entre ambos gobernanrtes expuesta al país este 10 de enero, que entiendo debió concertarse el día 4, fecha de la batalla de Verterres donde los haitianos obtuvieron victoria sobre Francia, proclamando el primer Estado libre de hombres negros del mundo.
El documento de nueve puntos resume los relevantes acuerdos entre ambos gobernantes, el cuarto, concerniente al control del flujo migratorio, debiendo especificar la mano de obra haitiana exacta que requerimos para diversos trabajos, pagando igual salario que a dominicanos, y ahí se acaban trabajos mal remunerados a haitianos para no pagarlos a dominicanos, empezando industria construcción y conserjes.
El séptimo, control efectivo fronterizo, eliminando mafia militar y policial contrabando armas, drogas, mercancías y abigeo, base ineludible TLC normalizar caos, estableciendo controles fiscales en beneficio mutuo.
El tercer punto delimitar frontera marítima, omitiendo terrestre.
El primer punto ayudar al vecino Haití conformar un Registro Civil de sus nacionales, eliminando para siempre el subterfugio de ilegales nacidos aquí para justificar nacionalidad dominicana, y el chantaje de apatridia, cuando la Constitución haitiana especifica que toda persona de origen haitiano es nacional haitiano donde quiera que nazca.
El prometido cambio tema de campaña del presidente Abinader viene concretizándose pronto, integral, y bien.