Por fin, pasa a la historia la anacrónica
factura consular

Por fin, pasa a la historia la anacrónica <BR>factura consular

POR MARIO MÉNDEZ
La factura consular, por cuya eliminación los sectores empresariales del país habían luchado hasta el cansancio, por haberse constituido en una retranca para el comercio internacional, finalmente quedó eliminada con la aprobación de la ley de autonomía presupuestaria y financiera de Aduanas.

Se sabía que en el proyecto de ley se había contemplado la eliminación de la factura consular, y ayer el director general de Impuestos Internos, licenciado Juan Hernández, confirmó la eliminación de ese mecanismo anacrónico que, como el mismo señaló, “no tenía ningún beneficio que no fuera cobrarles a los ciudadanos algún dinerito en los consulados”.

Los únicos países donde se mantenía esta traba al comercio eran la República Dominicana y Pakistán.

La factura consular existe en el país desde el 1916, con la ocupación norteamericana, pero a través del tiempo no sólo se constituyó en un obstáculo para el intercambio comercial, sino que también pasó a constituirse en un alto costo  para la actividad empresarial.

En principio, el importador sólo pagaba un sello, pero luego se estableció cobrar la factura consular de manera administrativa a través de la Dirección General de Aduanas y aumentar el pago.

El costo de la factura consular para el importador llegó a representar RD$12,500 por cada importación hecha por la vía marítima que excediera los US$4,000.

Este costo se multiplica si, por las características de las mercancías, el importador se veía obligado a tener una mayor frecuencia en la realización de la importación o a utilizar diferentes embarcadores.

Con los tratados de libre comercio, la factura consular se hacía insostenible, y de hecho, en el caso de las mercancías importadas que provienen de los países firmantes de los tratados de Libre Comercio con Centroamérica y el Caricom, ya que no se estaba aplicando porque así lo exigieron esos países al firmar dichos tratados.

Otros beneficios

Hernández al ser entrevistado por Huchi Lora y Ramón Núñez Ramírez en el programa El Día por Telesistema Canal 11, dijo que otro de los beneficios de la autonomía de Aduanas es que le establece un plazo para cumplir con los procedimientos de entrega a los importadores de las mercancías que traigan desde el exterior.

“Eso se traducirá en menores costos para el importador en la medida en que puede sacar su mercancía en el menor tiempo. En la dirección de Aduanas de la actualidad, los tiempos para la desaduanización de las mercancías se han reducido grandemente”, agregó.

Informó que una de las disposiciones de esa ley establece que Aduanas para cobrar un determinado servicio, tiene que garantizar una entrega rápida de las mercancías.

El director de la DGII también destacó la estabilidad de los empleados de esa dependencia y de Aduanas, como uno de los principales beneficios que aporta la ley que les otorga autonomía financiera y presupuestaria.

Manifestó que los empleados no podrán ser despedidos de sus posiciones por asuntos políticos, porque “la estabilidad de los empleados, es una de las condiciones para una actuación transparente de estas instituciones”.

Reveló que de 760 auditores que encontró en Impuestos Internos sólo quedan 146.

Aclaró que “no eran botellas, eran auditores, pero nos estamos manejando muy bien con esos 146 y hacemos más auditorías que con los 760”.

El licenciado Hernández señaló que en la DGII se apuesta la capacidad y a la ética, porque un empleado sin formación no puede brindar un buen servicio, pero que esa instrucción tiene que estar acompañada del desempeño ético.

“Aquí hemos apostado a la ética como una inversión, porque estamos convencidos de la que la gente cumple, en la medida que la institución tenga la suficiente solvencia moral y profesional”, subrayó.

Advertencia

El director de Impuestos Internos, advirtió a los establecimientos turísticos de La Romana, Samaná y de Higuey, que serán cerrados por no aceptar tarjetas de créditos a los turistas y por emitir facturas que no tienen los requisitos que establece la ley.

“Les digo con toda la buena del mundo a los propietarios de esos negocios que serán cerrados, absolutamente cerrados. Ya empezamos a cerrar”, agregó.

Consideró que los dueños de esos establecimientos buscan evadir el cobro de los impuestos al negarse a recibir las tarjetas de créditos.

Explicó que al no aceptar tarjetas, la DGII se le dificulta saber el número de ventas en efectivo, porque no tenemos acceso a sus cuentas de banco. Exhortó a los dueños de los centros turísticos a que paguen sus impuestos, porque no se compite en buena lid, cuando se evade el pago de los impuestos.

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