Por la concordia perredeísta

Por la concordia perredeísta

Las controversias que han surgido en el PRD,  son lamentables, ya que la imagen de partido unido que surgió de las pasadas elecciones presidenciales, no obstante la derrota, contrastaba con la de un gobierno envejecido prematuramente por  la corrupción, el ultracentralismo, el afán continuista y el abandono de los servicios públicos.

La verdad es que Miguel Vargas Maldonado tiene todo el derecho de postular a la presidencia del Partido, y nadie se lo puede impedir,  aun cuando se considere que es contraproducente políticamente, pues desata conflictos a destiempo en momentos en que debe primar la unidad, la confirmación doctrinaria y la lucha frontal contra las prácticas despóticas y la indolencia del gobierno actual. También es cierto que debe designarse una Comisión Organizadora de la  Convención  Nacional a la brevedad posible, de manera que en enero a más tardar apruebe un Reglamento Orgánico, establezca  las comisiones locales, el padrón electoral, de manera que ésta pueda celebrarse armoniosamente, sin que nadie tome ventajas.   Solo una modificación de los Estatutos del Partido puede permitir que un presidente de esa organización sea a la vez candidato presidencial.  Esa prohibición no puede eliminarse por un enunciado constitucional genérico o por una ley de partidos políticos, pues los Estatutos son la ley hacia adentro del partido, ya que ésta no niegan el derecho constitucional  de aspirar  a la Presidencia de la República, sino a ser postulado por el PRD,  pues podría serlo por otra organización. 

 Lo que dicta el buen sentido es que haya un diálogo  y búsqueda de concordia entre los dirigentes y militantes del Partido, para lograr un consenso, necesario para recuperar el poder en el 2012 sin confiar solo en el deterioro de partido del gobierno.  Ello debe iniciarse con una reunión del “Presidium” y culminar con un Congreso que defina el rumbo y estrategia a seguir.

Voy más lejos, deberían  unirse esta Convención Ordinaria para elegir sus autoridades, con la Extraordinaria para elegir los candidatos congresuales y municipales del 2010, con lo que el Partido se ahorraría el trauma de dos convenciones en  un solo año, siempre que ningún sector de los que se disputan la candidatura presidencial hegemonice la Comisión Organizadora,  y que se incluyan  a representantes de organizaciones aliadas y comunitarias.

No hay que olvidar que en el 2008 alcanzamos hasta el 40% de los votos, pero en esa elección terciaron virtualmente dos partidos, pues el PRSC estaba dividido y el gobierno desacreditado.

Es tiempo de mayor coherencia partidaria, de prudencia hacia dentro y de oposición militante hacia afuera.

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