(II)
No pensaba escribir sobre este importante tema habiendo publicado mi artículo el pasado miércoles 26 de agosto, pero las circunstancias obligan. Ese día en la misma pág. 8ª, aparece un acucioso trabajo del Dr. Rafael Augusto Sanchez hijo, titulado “El Nuevo Congreso” opuesto a la penalización del aborto donde infiere:“Los poderes públicos del Estado tienen su base jurídica en el derecho que el pueblo le confiere para controlar o administrar a la nación. Ninguna iglesia o grupo particular puede dictar pautas a un congreso responsable.”
Y concluye: “La despenalización de las tres causales del aborto debe conocerse junto al código penal y no engavetarlo por veinte años más.”
No creo que dichos artículos o el enjundioso escrito del reputado periodista Juan Bolívar Díaz “Por la vida y dignidad de la mujer”, publicado al siguiente día, hayan alborotado las avispas del Eclesiastés. Nunca antes, durante la dictadura de Trujillo, la Iglesia Católica se había entrometido en asuntos del Estado que no fuera como aliada del dictador.
Cuando advierte su caída inminente, airó su famosa Carta Pastoral queriendo congraciarse con el pueblo cansado de crímenes y abusos. Desde entonces no cesa de pontificar, intervenir e interferir en asuntos del Estado, imponiendo sus respetables creencias religiosas y sus dogmas, tal fue el caso del artículo 37 que desconcierta la esencia y los derechos fundamentales plasmados en la Carta Magna (Arts. 5, 7, 38,39 y 45).
El reclamo de un pueblo indignado ante el discrimen y abuso sexual contra la mujer para que las tres causales del aborto sean incorporadas en la reforma del Código Penal, ha venido a ser la piedra en el zapato para el clericalismo radical que no entiende que el pueblo es soberano y “la voz del pueblo es la voz de Dios”, no de ninguna iglesia o secta religiosa.
Al día siguiente, jueves 27, Hoy destaca, Pág. 1A: “Iglesia Católica reitera oposición al aborto” y en la pág. 5A, expone la opinión del obispo de Baní, monseñor Víctor Masalles, quien antes había entregado un extenso documento apostólico al actual presidente de la Cámara de Diputados; la amenaza del iracundo padre Mario de la Cruz: “La Iglesia Católica se mantendrá vigilante y hará todo lo que esté a su alcance, incluyendo marchas multitudinarias y ruedas de prensa para abogar por la vida (?) y evitar que en el país se apruebe el aborto en tres causales”, mientras en Diario Libre, (pág. 6) el pastor Ezequiel Molina, pretendido catedrático, cientista del “sentir humano” advierte “manifestaciones cristianas” de infausta recordación como las organizadas por la jerarquía católica para derrocar al Presidente Juan Bosch, tildado de comunista, ateo y disociador.
La Academia de Ciencias, junto a la “Coalición por los derechos y la vida de las mujeres”, ha mantenido su firme determinación en defensa del derecho a la vida y el respeto a la dignidad e integridad personal, consagrados en la Constitución.
En audiencia pública defenderemos el Resumen Ejecutivo del Dictamen sobre la Reforma del Artículo 110 del Proyecto de Código Penal que articula los argumentos legales y los principios de racionalidad, equidad y justicia que justifican las tres causales eximentes del aborto.