Por la protección de la mujer

Por la protección de la mujer

Al adoptar una nueva Constitución a partir del 26 de enero de 2010, el Estado asumió el compromiso de modificar muchas leyes para adaptarlas al mandato constitucional. Por ejemplo, las leyes orgánicas de que eran secretarías de Estado fueron modificadas para que asumieran la categoría de ministerios, y  así por el estilo. Sin embargo, todavía hay más de setenta leyes que no han sido adaptadas a la Constitución y su vigencia supone perjuicios de género que afectan los derechos de la mujer.

La doctora Irma Nicasio, presidenta del Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos y Asesora de Género del Poder Ejecutivo, cita que entre las leyes que violan los derechos de la mujer están la Ley Electoral, la de Acceso de la Mujer Violentada a la Justicia y los códigos de Trabajo y Procesal Penal, para solo citar unas cuantas. Las leyes citadas y muchas otras tantas que no han sido adaptadas entran en conflicto con la Constitución en la parte que se refiere a derechos que ésta consagra específicamente para la mujer.

 Aunque se trata de muchas leyes y no sería prudente incurrir en festinación,  es necesario agilizar la modificación de estos textos  para que armonicen con la Constitución y hagan los efectos que ésta consagra. La Carta Magna tiene ya más de dos años en vigencia y parece tiempo suficiente para haber avanzado bastante en esta tarea.

¿Robo, sabotaje o terrorismo?

Hay quienes se han dado a la tarea de derribar torres que sostienen  cables de alta tensión. En un año más de diez de estas estructuras han corrido esta suerte. Quienes lo hacen podrían estar interesados en robar los metales, pero saben muy bien el daño que hacen y el riesgo a que exponen a mucha gente. Luego, si el móvil es robar metales, es un robo agravado en grado sumo. Sin embargo, algunas torres han sido tumbadas y dejadas intactas. En ese caso el robo parece descartable.

Nos parece que a este asunto hay que ponerle especial atención para desentrañar cuál es el propósito real de estos atentados. Hay que investigar profundo para ver si es robo, sabotaje o terrorismo lo que se está cometiendo. En cualquier caso, el castigo de este tipo de actividad debería ser determinado por el daño y los riesgos que el derribo de una torre puede provocar. Hay que buscar la forma de acabar con esta práctica.

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