“Aunque ella no quiera e’ mi mujer”, dijo el diputado Eugenio Cedeño para reivindicar que él puede embarazar a su esposa porque le da la gana aunque ella no quiera. Y eso, asegura, no debe estar en el Código Penal ni el Civil: “¿Para qué se casó conmigo y para qué se encuera conmigo, para qué duerme conmigo en mi cama?”, añadió.
Cedeño invita a la mujer que se casa con un hombre y no quiere embarazarse a tomar pastillas o usar el DIU. De no hacerlo, aunque ambos métodos son un infierno, tiene que aceptar lo que él quiera.
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Aunque sabe que está mal, Cedeño cree que castigar las relaciones no consentidas es una trampa contra el matrimonio y la familia: el Código Penal, aseguró, encarna “una serie de trampas a la relación natural de hombre/mujer”. A ello suma que la Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer es antihombres y responsable de la mayoría de los actos de violencia porque acorrala a los hombres y los presenta como el victimario perfecto siempre.
Las declaraciones de Cedeño son una oda al machismo, al abuso y las relaciones tóxicas. La relación natural hombre/mujer es el consenso y cualquier otra cosa debe rechazarse. Hay que ser muy machirulo para creer lo contrario. Lo triste es que abundan en el Congreso Nacional. Por eso legislan tan mal y estamos en peligro.