Por leyes sin machirulos ni abusadores

Por leyes sin machirulos ni abusadores

Marien Aristy Capitán

“Aunque ella no quiera e’ mi mujer”, dijo el diputado Eugenio Cedeño para reivindicar que él puede embarazar a su esposa porque le da la gana aunque ella no quiera. Y eso, asegura, no debe estar en el Código Penal ni el Civil: “¿Para qué se casó conmigo y para qué se encuera conmigo, para qué duerme conmigo en mi cama?”, añadió.

Cedeño invita a la mujer que se casa con un hombre y no quiere embarazarse a tomar pastillas o usar el DIU. De no hacerlo, aunque ambos métodos son un infierno, tiene que aceptar lo que él quiera.

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Aunque sabe que está mal, Cedeño cree que castigar las relaciones no consentidas es una trampa contra el matrimonio y la familia: el Código Penal, aseguró, encarna “una serie de trampas a la relación natural de hombre/mujer”. A ello suma que la Ley 24-97 sobre Violencia Intrafamiliar y contra la Mujer es antihombres y responsable de la mayoría de los actos de violencia porque acorrala a los hombres y los presenta como el victimario perfecto siempre.

Las declaraciones de Cedeño son una oda al machismo, al abuso y las relaciones tóxicas. La relación natural hombre/mujer es el consenso y cualquier otra cosa debe rechazarse. Hay que ser muy machirulo para creer lo contrario. Lo triste es que abundan en el Congreso Nacional. Por eso legislan tan mal y estamos en peligro.