¿Por lo más delgado?
El lujo y el boato nos envuelven, como una bomba de tiempo

<STRONG>¿Por lo más delgado?<BR></STRONG>El lujo y el boato nos envuelven, como una bomba de tiempo

Aunque ya estamos curados de espanto debido a la permisividad de los gobiernos que cada día pierden autoridad, vemos cómo quieren continuar la farsa, la comedia, la pantomima de que se lucha contra la corrupción, cambiando los miembros de la Cámara de Cuentas.

Se impone el tema al del pan caro y chiquito,  víveres por las nubes,  pasajes que impiden que alcance el dinero para comer, fletes de carga que provocan aumentos en los productos que transportan.

Importa poco que el suministro eléctrico falla porque no hay dinero para pagar los combustibles o porque robaron los cables que conducen la electricidad.

El lujo y el boato nos envuelven, como una bomba de tiempo.

Cada uno o dos años mucha gente  compra y cambia autos de lujo, no importa de dónde sacan la plata.

Los campeonatos de golf están a la orden del día y la participación de delegaciones de deportistas criollos a cuanta competencia mundial o regional exista, está asegurada.

Inició una campaña para que República Dominicana solicite ser sede de los Juegos Olímpicos, único evento deportivo que nos falta montar.

El precio del metro cuadrado de apartamentos sólo lo pueden pagar quienes ganan millones y, en los más de los casos, los edificios de apartamentos de lujo son vendidos antes de que se construyan.

Desconozco la investigación de la Cámara de Diputados que permite acusar a todos los miembros de la Cámara de Cuentas de “mala conducta o faltas graves en el ejercicio de sus funciones” lo cual permite celebrar el juicio político.

Lo que sí siempre me ha interesado es que no haya exclusiones de culpables e inclusiones malsanas en expedientes prefabricados.

Los miembros de esta Cámara de Cuentas fueron impuestos mientras se discutía si los anteriores debían continuar en funciones, pues no habían cumplido cuatro años en las funciones. Aquella premura siempre fue criticada.

Desconozco el expediente. Creo que siempre son buenas las investigaciones relacionadas con el uso y disposición de fondos públicos y con el manejo pulcro y legal de los datos que pueden incriminar a un funcionario por su desempeño.

Décadas atrás en el cruce de Azua vendían un chivo guisado con plátanos recién cortados, que obligaba a detenerse a los viajeros que iban y venían del sur.

Como había muchos mimes, alguien descubrió que un cigarrillo de tabaco negro colocado en los alrededores alejaba los insectos.

¿Acaso la Cámara de Cuentas es el humo de tabaco negro que oculta los muchos mimes que comen del pastel del Gobierno? Esto de la Cámara de Cuentas parece un divertimento, una cortina de humo. ¿Se querrá ocultar algo?

Todo parece indicar que, como siempre, se corta la soga por la parte más delgada.

Nadie se traga el cuento de “la lucha contra la corrupción” en un país en el cual el gobierno permite que haya un funcionario que se engancha a millonario hoy sí y mañana también.

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