Por los derechos del consumidor

Por los derechos del consumidor

La Asociación Nacional de Detallistas de Gasolina (Anadegas) paralizó por varias horas, el martes 4 de este mes, el despacho de combustibles en sus estaciones afiliadas. La acción de fuerza, que causó trastornos a mucha gente que intentó abastecerse de carburantes durante el cierre, está basada en varios reclamos, entre los cuales hay que destacar uno que, inevitablemente, toca los intereses de los consumidores de derivados del petróleo.

Quienes compran carburantes para sus vehículos y maquinarias pagan, a través del precio, todas las cargas habidas y por haber, y suponemos que eso incluye el “diferencial por temperatura” que reciben como beneficio los expendedores de combustibles. Si alguna modificación pretenden hacer las autoridades en relación con ese margen, debería ser en beneficio de quienes pagan el precio final de la gasolina, el gasoil, el GLP, el querosén y otros derivados del petróleo.

Creemos que Pro Consumidor debería meter las narices en este asunto y buscarle todas las aristas para que cualquier eventual decisión que se tome beneficie, o por lo menos no perjudique más, a quienes son los compradores finales de hidrocarburos. A raíz del paro en las gasolineras, una autoridad del Gobierno descalificó el reclamo de Anadegas en cuanto al diferencial, por considerarlo lesivo para el consumidor.

UNA OFENSIVA POR EL AMBIENTE

El alto grado de contaminación detectado en las lagunas Redonda y Limón, en El Seibo, obliga a adoptar medidas firmes para detectar y neutralizar el origen. Restos de agroquímicos y excrementos de animales fueron detectados en grandes cantidades por medio de un estudio hecho por el Ministerio de Medio Ambiente y una agencia de la ONU. Esta contaminación amenaza la vida de toda la biodiversidad que tiene esas lagunas como hábitat.

Las circunstancias ambientales obligan a hacer de la protección del ambiente una tarea ininterrumpida y que se asuma con mucho carácter. Cada palmo defendido y preservado es un aporte por la vida. El caso de las lagunas Redonda y Limón es solo uno de los tantos en que el manejo irresponsable de agroquímicos, incluyendo peligrosos pesticidas, algunos descontinuados por ser amenaza para la salud, está provocando daños ambientales incalculables.

 

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