Por los derechos del consumidor

Por los derechos del consumidor

Si hay un segmento de la población que parece no tener defensores y que tiene que batirse entre la voracidad especulativa del comercio y la indiferencia de las autoridades, ese es, sin duda, el de los consumidores y usuarios de bienes y servicios.

Ha sido ese segmento el que ha tenido que soportar alzas de precios injustificables, cobro de servicios no prestados y toda suerte de atropellos, sin que aparezca quien haga cumplir las leyes concebidas para protegerle y defenderle. Altagracia Paulino, presidenta de la Fundación de Defensa del Consumidor, se queja de este estado de indefensión y cita, por ejemplo, deudas cuantiosas que tienen con los usuarios las distribuidoras de electricidad, pero no hay manera de que las paguen.

La especulación comercial se queda con una buena proporción del poder adquisitivo de consumidores y usuarios, valiéndose de precios antojadizos que andan muy lejos de lo justo. Medicinas y otros productos muy sensibles tienen precios muy disímiles de un establecimiento a otro, a pesar de que se dan casos en que los fabricantes y suplidores son los mismos. Hay toda una estructura jurídica de protección a los consumidores, pero no acaba de dar señales de vitalidad ante tanta especulación. No hay duda de que el de los consumidores es el segmento poblacional más abusado y menos defendido por las instancias que tienen a su cargo esa tarea.

 

Hagamos una pausa en política

Mañana, Domingo de Ramos, se inicia la Semana Santa, un período en que la tradición cristiana conmemora los acontecimientos que culminaron con la crucifixión de Jesús. Coincide esta vez con una campaña política violenta en el lenguaje y vaga en los argumentos. Para hoy y mañana están programadas movilizaciones proselitistas de los diversos partidos, como parte del afán por conquistar votos.

Justo sería que en esta etapa  hiciéramos una pausa en las actividades políticas y que aprovechemos el tiempo para reflexionar sobre la forma en que vamos a enfrentar los grandes retos que tenemos por delante. Hay situaciones, como las alzas petroleras y la delincuencia generalizada, que retan nuestra capacidad creativa y nuestra inteligencia para diseñar políticas que nos permitan lograr éxitos al enfrentar esos males. Un receso en la atropellante marcha de la política durante la Semana Santa sería como un bálsamo refrescante para todos.

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