¿Por qué ahora se debate el 50%+1?. Desde la fundación de la República el tema de la reelección presidencial ha sido recurrente y por eso en diez ocasiones se han producido modificaciones constitucionales. Sin embargo, en lo relativo al Artículo 209, Párrafo 1, que establece en las elecciones para elegir a Presidente y el vicepresidente deben obtener más de la mitad de los votos o se efectuará una segunda elección, nunca ha sido objetado, pero llama la atención que la Dra. Milagros Ortiz Bosch, directora de Ética e Integridad Gubernamental, así como el economista Bernardo Vega se hayan pronunciado a favor de modificar ese artículo.
En el caso de la doctora Milagros Ortiz Bosch, una dama política con una trayectoria de honestidad y coherencia, en un escrito explica que se pronunció sobre varios temas en la presentación de un programa y uno de ellos fue lo relativo al 50%+1 y refiere que se conoce la historia y se pregunta si: “¿Hemos estudiado su eficacia, los resultados de las instituciones entregadas en administración pública por el 50%+1? ¿Qué pasó con los mayoritarios? ¿Siguieron siendo mayoritarios? ¿Han crecido los emergentes?”.
Sabias reflexiones, pero el asalto al erario público por los aliados y los mayoritarios se ha dado y se dará con el 50%, el 40% y lo fue cuando el triunfo era con mayoría simple. La fiebre no está en la sabana.
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En el caso de Bernardo Vega explica que a raíz del “fraude electoral” de 1994 varias instituciones propusieron el umbral del 40%, Peña Gómez era partidario de ese número pero la Asamblea Revisora estableció el 50%+1 y como Peña Gómez obtuvo el 45.94% fue a segunda vuelta y derrotado por Leonel Fernández; Vega concluye, sin mayores razonamientos, que debemos “bajarlo al 40%”.
Gracias a esa modificación se superaron los “tranques electorales” como los de 1990 donde Balaguer “ganó” con el 35.35% frente a Juan Bosch con 33.79%, o en 1994 en que Balaguer de nuevo “gana” con 42.30% y Peña Gómez el 41.60%, el país en ambos casos vivió una crisis política que no desembocó en hechos de violencia gracias a la racionalidad de líderes como Bosch y Peña Gómez.
El establecimiento de la mayoría de 50% ha evitado confrontaciones post electorales y desde su aplicación solo en 1996 hubo una segunda vuelta, mientras en 2000 Hipólito Mejía ganó con 49.86%, Leonel Fernández con 57.11% en 2004 y 53.83% en 2008, Danilo Medina triunfó con 51.21% en 2012 y 62% en 2016, mientras Luis Abinader ganó con 52.52% a pesar de todos los recursos del Estado en contra.
¿Para qué tocar algo que ha funcionado, permitido la gobernabilidad y resultados que los derrotados no han cuestionado?
La repostulación por un segundo periodo (Art. 124) y la mayoría de 50% para ganar en primera vuelta(Art. 209, Párrafo 1) deben ser artículos de piedra que no deben ser modificados para garantía de la institucionalidad democrática y para que nunca más se hagan “trajes a la medida” de la Carta Magna.