Como si de un gran rompecabezas se tratara, poco a poco cada pieza va encajando en la ecuación. Las artimañas, que ya van cobrando más sentido, confirman las teorías que al principio sonaban a mera conspiración.
Lo primero fue dejar a la magistrada Miriam Germán fuera de combate para, con una Suprema Corte de Justicia hecha a la medida, tener al tribunal de su lado. Por ello, aunque nunca fue ni siquiera juez de paz, colocaron como presidente a Luis Henry Molina, un hombre de grandes calidades que dirigió la Escuela Nacional de la Magistratura pero hasta ayer era un cuadro del partido de Gobierno.
Ahora, después del fallo que dictó el Tribunal Superior Electoral (TSE) contra las autoridades del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), parecería que las energías se van a destinar a fastidiar al presidente de ese tribunal, Román Jáquez Liranzo.
Al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) le ha molestado tanto el fallo contra el PRD, que es su escudo y compañero de andanzas congresuales, que ayer el secretario del partido y presidente del Senado, Reinaldo Pared, pidió a la Cámara de Diputados que investigue a los miembros del TSE por anular la convención que ratificó a Miguel Vargas como presidente del PRD.
¿Por qué le interesa tanto ese tema al PLD? ¿Qué negocios tan importantes han convenido con Vargas Maldonado? ¿Acomodan los cartones para cuando toque afilar los dardos de la reelección? Es curioso que Jáquez Liranzo haya caído tan en malas que le quitaron los agentes de seguridad (aunque los repusieron después). ¡Tanto que lo ponderaron cuando fue elegido! Ay, los políticos, ellos creen que de verdad somos tan idiotas.