JESÚS FERIS IGLESIAS Y DANIEL GUZMÁN
Las razones del proceso de lucha del Colegio Médico Dominicano en el que incluyen las huelgas de los servicios de salud, son multifactoriales y todo parece indicar que las principales causas son debidas, entre otras, a que este es un país de primer piso, es decir, que cada cuatro años estamos iniciando todo de nuevo, sin tomar en cuenta lo que se hizo en el gobierno anterior.
Además, la falta de institucionalidad imperante, que permite que cada funcionario actúe de acuerdo a su criterio, violando las leyes y sus reglamentos, en este caso la Ley General de Salud y la que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social.
Finalmente, la falta de un proyecto de nación que le continuidad a las acciones contempladas en el marco legal de una reforma de salud compleja.
Sabemos que las huelgas médicas son impopulares porque afectan directamente a los sectores más necesitados y pobres de la población. Éstos son las que utilizan con más frecuencia los hospitales públicos. Sin embargo, históricamente ha sido a través de las huelgas médicas que los profesionales de la salud han logrado sus reivindicaciones, incluyendo aumento salarial.
El desconocimiento de las leyes antes señaladas, es decir la 42-01 y la 87-01 por parte de las actuales autoridades del sector son las que han motivado que el actual Colegio Médico Dominicano tenga que recurrir a prácticas impopulares y que debieron ser superadas ante la reforma del sector salud.
A más de tres años y medio de la gestión del actual gobierno, aún no se ha conformado la primera red pública descentralizada con los tres niveles de atención articulados, con patrimonio propio, gestionada por Consejos de Administraciones de Redes Públicas, y los recursos asignados por producción, productividad, rendimiento y satisfacción de usuarios.
Además, las actuales autoridades continúan asignando los recursos por presupuestos históricos del subsidio a la oferta, desconociendo lo que ordena el marco legal vigente. Este nuevo marco establece que los recursos deben ser asignados por rendimiento, productividad, e impacto social a la población del área de influencia de estos servicios.
Estamos conscientes de que si los recursos que recibirían con esta nueva modalidad establecida en el marco legal vigente, los salarios de los médicos y otros profesionales de la salud, pudiesen multiplicarse por dos y hasta por tres, además que los establecimientos contarían con recursos suficientes para el mantenimiento, insumos, materiales y suministros, medicamentos, ampliaciones y remodelaciones.
Desgraciadamente, la nueva visión de salud establecida en las nuevas leyes que rigen el marco legal de la reforma del sector salud, consensuadas y promulgadas en el gobierno anterior, es un proceso y no puede implementarse por Decreto presidencial de hoy para mañana.
Creemos que estamos viendo los resultados de la inacción en la continuidad de la reforma del sector salud, y al no incentivar a los profesionales de la salud, que no sólo son los médicos, sino las enfermeras, bioanalistas, psicólogos clínicos, odontólogos y otros, tal y como lo señalan las leyes, lo único que queda es que el gobierno actual negocie un aumento salarial de base, hasta que tengan la voluntad política de cumplir con lo que establecen las actuales leyes y sus reglamentos.