El 5 de diciembre de cada año es la fecha elegida, desde 2014, por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para la celebración del Día Mundial del Suelo.
El objetivo de este día es crear conciencia sobre la importancia de mantener ecosistemas saludables abordando los desafíos en la gestión del suelo, luchando contra su salinización, y alentando a todas las sociedades a comprometerse a mejorar la salud del suelo.
Hoy se celebra un año más de este día, Bajo el lema “Detener la salinización de los suelos, aumentar su productividad”, la FAO pone el foco en la importancia de mantener su biodiversidad para mantenerlo sano y vivo.
La salinización es uno de los problemas más frecuentes del suelo sobre todo en las regiones más áridas o semiáridas. Y supone muchas dificultades para la agricultura, la seguridad alimentaria y la biodiversidad.
El suelo desempeña un papel fundamental en el buen funcionamiento de los ecosistemas, contribuyendo a la regulación del flujo del agua y el clima, la biodiversidad, la captación de carbono y la preservación de tradiciones culturales.
La finalidad de esta celebración anual radica en la necesidad de concienciar a la sociedad en su conjunto acerca de la importancia de promover la protección y conservación del suelo, incidiendo especialmente en el diseño, aplicación y difusión de aquellas prácticas sostenibles que permiten su mantenimiento óptimo y recuperación a medio y largo plazo.
El origen
Se decidió el 5 de diciembre porque coincidía con el cumpleaños del Rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, monarca fallecido en 2016 y uno de los grandes promotores de esta idea.
Sus orígenes se remontan a 2002 gracias al impulso de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS), la cual propuso este evento en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo, un foro colaborativo surgido ante la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo.