Por: Silvia Soto Fernández.

Cirilo Moronta, es considerado como uno de los hombres más influyentes de la comunidad dominicana en Nueva York. Oriundo de La Joya (San Francisco de Macorís), propietario  del 809 Lounge, un prestigioso restaurante ubicado en el alto Manhattan,(El pequeño R.D) punto de encuentro por más de 20 años, no solo de los dominicanos de New York, sino de grandes figuras y personalidades políticas tanto del país, como norteamericanas, de destacadas figuras del deporte y el arte  y líderes comunitarios que han hecho de este espacio un centro de convención para discutir y coordinar acciones en beneficio de la diáspora de la gran manzana.

    De tono de voz casi entrecortada, no muy fluido, pero la empatía y sinceridad que, de sus pocas palabras, combinado con una trayectoria de más de 40 años luchando sin pausa, facilitando miles de ayudas y donativos diversos a personas vulnerables, e incluso, coordinando ayudas en ocasiones de desastres ocurridos en el país durante el huracán Fiona, canalizando una gran cantidad de donativos de alimentos, medicinas, ropas etc.

.  Cirilo Moronta es el que nunca ha tenido ínfulas de millonario, ni del poder económico que posee, porque se sienta a escuchar al más humilde con la misma atención, que la que le dispensa al que le va a proponer un gran negocio, el que motivado por el deseo de hacer un poco más, desde el Congreso como espacio de poder para  mejorar las condiciones socioeconómicas de la fajadora comunidad dominicana en New York, especialmente, de la más pobre y vulnerable que es más de un 50%,  lanzó su candidatura como diputado de ultramar por la circunscripción N0.1 por el PRSC, obteniendo más de 7000 votos, basado en su liderazgo comunitario, pues para ese entonces de ese partido ya solo quedaba prácticamente su personería jurídica.

En esta ocasión vuelve al ruedo político, y esta vez, canaliza sus aspiraciones a través del Partido Revolucionario Moderno (PRM), partido al cual apoyó en el pasado proceso electoral del 2020, por entender que este, y el presidente Abinader eran quienes garantizaban el cambio que, con desesperación, necesitaba el país, incluyendo los casi 3 millones de dominicanos y dominicanas que residen en el exterior.

El que Cirilo Moronta pueda ir por la boleta del PRM, representa una gran oportunidad para el partido del cambio, ya que a menos de un  año para las elecciones congresuales se siente el desgaste natural del ejercicio del poder pues, aunque las encuestas más prestigiosas coinciden en otorgar entre un 51 y 52% al PRM, también otorga un empate técnico entre la FUPU y al PLD, a los que esas mismas encuestas otorgan entre  18% y 27%, lo que significaría un empate técnico en una posible y natural alianza entre estos dos partidos de oposición.

    Los votantes en el exterior están divididos en tres circunscripciones localizadas en 47 países, totalizan 595,879 electores, siendo la Circunscripción 1, compuesta por las ciudades de New York, New Jersey, Pennsylvania, Washington D.C. y Connecticut, de Estados Unidos, tiene un total de 366,955 empadronados.

    El voto en el exterior constituye un verdadero reto para todos los partidos, ya que, la manipulación clientelar no seduce a la diáspora dominicana, porque esta no tiene necesidad de vender su voto, porque no se le puede comprar con RD$1000.00 pesos y una pica pollo, por lo tanto, tiende a ser más incisivo y exigente con los políticos.

    Por esta razón, el PRM necesita candidatos con el liderazgo de Cirilo Moronta, quien cuenta con un sólido respaldo tanto de la comunidad, como de la sociedad civil y de grupos políticos minoritarios, liderazgo, y, a diferencia de los diputados de la circunscripción 1 de ultramar del PRM actuales, cuentan con el prestigio y la trayectoria para garantizar que el partido mantenga la curul que defiende.

Hay quienes tratan de descalificar a Moronta por tener poco tiempo en el PRM, olvidando que desde el 2020 ha sido un aliado de la organización. Y desconociendo, que la razón de ser de los partidos es crear una maquinaria y oferta electoral sólidas, que les garantice la obtención y retención del poder. En ese sentido, poco importa la cantidad de años de militancia que se tenga en una organización política. Lo más importante es qué tanto aporta al fortalecimiento institucional y electoral a la misma.

El PRM no puede darse el lujo de llevar una oferta rancia, desgastada y desprestigiada al exigente electorado de la circunscripción N0.1 de ultramar, que aglomera casi el 80% de los votantes. Pero tampoco, la comunidad dominicana de esa demarcación puede darse el lujo de seguir eligiendo a personas que, en casi 4 años, no han defendido sus derechos, ni propuesto ninguna iniciativa en su beneficio.