¿Por qué el sur vota por los republicanos y qué tienen que hacer los demócratas para revertir eso?

¿Por qué el sur vota por los republicanos y qué tienen que hacer los demócratas  para  revertir  eso?

Tengo una nieta que tiene inclinaciones por las ciencias políticas, de hecho, mi hija que me agregó Dios acaba de viajar con ella a Inglaterra para inscribirla en la Universidad de Oxford, donde realizará estudios introductorios en esa carrera. A ella, le prometí que escribiría sobre el tema que encabeza mi columna de esta semana, así pues, promesa es promesa y aquí va.

Le decía a la nieta, que si usted ha sido elegido para ser miembro del Democratic National Committee ( DNC ) – una especie de comité central del Partido Demócrata de los Estados Unidos – viene obligado a ser miembro de uno de los cuatro caucus regionales en que el Partido ha dividido la nación. Durante los seis años que fui electo como miembro del DNC, participé en el Southern Caucus. Mis mejores colegas del Partido están en esa región. Eso me permitió entender algo de esa parte del país, su historia política, su anhelos y su visión de futuro de cómo ellos vislumbran el devenir de su región en función del desarrollo de la nación. El Southern caucus – Dixie caucus, como también lo llaman – lo componen once Estados, son estos: Florida, Georgia, Carolina del norte y del sur, Virginia, Kentucky, Tennessee, Alabama, Mississippi, Arkansas y Texas. Nosotros, les decimos a ellos con mucho cariño “Los Sureños”.

Los Sureños hoy en día votan mayoritariamente por los republicanos. De hecho, hoy los demócratas sólo controlamos dos de los 22 cuerpos legislativos y tres de las once gobernaciones. Es más, ni siquiera tendremos candidato para Senador en Alabama en las elecciones de medio tiempo que se nos vienen encima en pocas semanas. Eso no siempre fue así, era lo contrario. Por ejemplo, en el año 1950, de 108 congresistas del sur, sólo tres eran republicanos en la Cámara de Representantes Federal y ninguno en el Senado.

Después que el Norte -1865- gana la guerra civil para imponer la abolición de los esclavos en los enclaves del sur, el resentimiento de los sureños por el partido republicano de Abraham Lincoln era inmenso.

Así pues, después de la guerra y por los próximos casi 100 años, los Sureños votaban en bloque a favor de los demócratas.

Después de terminada la guerra civil, la confrontación continuaba latente. Sólo cinco días después de finalizada y 40 días de haber sido reelecto para un segundo termino, una conspiración sureña asesinó al Presidente Lincoln en el Teatro Ford en Washington DC, el 14 de abril de 1865.

Han pasado casi 150 años de la guerra civil, el sur tiene una cultura política única.Finalizada la guerra y por doce años viene el período que se conoce como “ La Reconstrucción ”. Fue una época difícil de entendimiento y desconfianza entre los funcionarios de un lado y del otro. El partido demócrata se convierte así,  en el partido de «la resistencia” donde se agrupan los Sureños, en contra de Lincoln y los republicanos.

Pero la lucha no fue solamente militar, después de terminada la guerra, una invasión silente del norte se deslizó hacia el sur, eran los llamados carpetbaggers, o sea, aquellos “busca vida” que tomaban alfombras viejas y las convertían en maletas para viajar al sur.

Después que las tropas federales – 1877 – se retiraron de La Florida, Louisiana y Carolina del Norte hasta el día de hoy, el problema racial
es una constante y es, el epicentro de la controversia política de la region, independientemente que los políticos hablen de eso o no.

¿Cuándo es qué el sur cambia masivamente en bloque en dirección republicana ?. La respuesta hay que buscarla en la decisión de la
Corte Suprema de los Estados Unidos del año 1954 en el caso Brown contra el Consejo de Educación de Topeka. La Suprema emite un fallo
histórico, declarando que, “ las leyes estatales que establecían escuelas separadas para estudiantes de raza negra y blanca negaban la
igualdad de oportunidades educativas ”.

Sin embargo, es el movimiento que impulsa Martín Luther King en Little Rock, Montgomery y Selma que obliga entre otras cosas que se apruebe
el Acta del Derecho al Voto en 1964 y el Acta de Derecho Civiles en 1965. O sea, todas estas reformas sin precedentes son apoyadas por los
demócratas y a regañadientes por algunos republicanos.

Todo el sur, otra vez se vuelca en contra de Washington que apoya ese movimiento a favor de los afroamericanos igual que hicieron 100 años
antes. Mientras más cambian las cosas, más los Sureños de raza blanca se aferran a sus valores, creencias y costumbres.

La gran mayoría de los votantes sureños repudiaban ambas leyes. Inteligentemente, los ideólogos y estrategas políticos republicanos
muy sabiamente – políticamente hablando – se presentan en el sur como la “nueva resistencia” y protectores del sur. Según ellos, el Gobierno
Federal no debe intervenir en los derechos de los Estados. Esa es la pura verdad y es el punto de inflexión.

Dado el caso que andamos en nuevos tiempos, los demócratas debemos preguntarnos, ¿Cómo podríamos rescatar los votos del sur?. Sobre ese
tema escribiré en mi próxima columna.

 

 

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