Dentro de los esfuerzos encaminados en los últimos años en procura de la actualización del marco político-estratégico del Estado Dominicano, la ruta para alcanzar esa fundamental meta se ha visto salpicada de una serie de obstáculos que merman el desenvolvimiento de sectores para el pleno desarrollo nacional. Esa circunstancia ha propiciado la recurrencia en el país de pactos para encontrarle solución a la problemática de importantes áreas, lo que ha motorizado propuestas de acuerdos entre los operadores públicos y privados involucrados.
Los pactos más divulgados y sonados a través de los medios masivos de comunicación han sido: el Educativo, el Eléctrico y el Fiscal. Los tres están consignados en la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo.
El más reciente es el Pacto Deportivo, propuesto por las nuevas autoridades de ese Ministerio, encabezado por el dinámico Danilo Díaz Vizcaíno. En todos los casos ha primado el interés no solo de resolver situaciones de inmovilismo en importantes prestaciones de servicios a la población, sino además en el marco de la democracia participativa, aunque hay que reconocer que la lucha de intereses también es un factor a tomar en cuenta para que los procesos no avancen con la ideal rapidez.
El llamado pacto para la Reforma Educativa 2014-2030, puesto en ejecución tras ser presentado por el gobierno del presidente Danilo Medina, con la participación de los principales actores de ese sector, ha tenido un gran impacto y resultados positivos, gracias a una inversión anual del 4% del PIB que ha significado una mejora en la construcción de miles de aulas, alimentación escolar, capacitación y formación docente, sin dejar de reconocer que todavía hay aspectos de menor cuantía por solucionar.
Tanto el Pacto Eléctrico como el Fiscal debido a las diferencias todavía no se han firmado entre las partes y debieron comenzar a ser ejecutados desde hace casi dos años, lo cual indica un significativo atraso. El Eléctrico está más adelantado que el segundo. Las fuerzas públicas y privadas envueltas en el primero procuran arribar a un acuerdo a fin de que la República Dominicana pueda disponer de un sistema eléctrico confiable, competitivo y sostenible.
Es posible que algunas personas fueran sorprendidas con la propuesta de un Pacto Nacional Deportivo, una iniciativa propia de Danilo Díaz desde que fue designado incumbente de la cartera el 16 de agosto pasado. Sin embargo, estamos en la obligación de revelar en esta entrega que desde que el conocido dirigente político y deportista fue Subsecretario Técnico de Deportes, en el primer gobierno de Leonel Fernández, esa idea bullía en su cabeza y hasta llegó a exponerla ante un grupo de sus compañeros más cercanos.
Danilo había observado con preocupación las contradicciones y lucha por el liderazgo del sector que se daba desde antes entre la dirigencia olímpica doméstica y los máximos funcionarios deportivos oficiales, y cómo esa dicotomía estaba afectando el avance de esa actividad en el país.
Aunque había trascurrido dos décadas al producirse su retorno al Ministerio, y el deporte nacional ha logrado niveles de avance, pero no todo lo requerido conforme a su gran potencial. La llegada de Díaz ha sido muy oportuna, pues todavía persistía el distanciamiento y la falta de confianza entre los referidos sectores, por lo que habían razones de peso para procurar un Pacto Deportivo de buena voluntad y responsabilidad compartida, incluyendo a todos los actores del sector, porque si bien no existían contradicciones profundas con otros organismos estatales, principalmente el Ministerio de Educación y el INEFI, las relaciones no eran suficientemente sólidas, mejor eran las coordinadas con las alcaldías.
El Pacto Deportivo, y las acciones positivas emprendidas por la actual administración ponen de manifiesto un real entendimiento para la puesta en vigor de un amplio programa de realizaciones basado en un tipo de modelo de gestión innovador, responsable y transparente.