¿Por qué es tan incómodo hablar de dinero?

¿Por qué es tan incómodo hablar de dinero?

Porque, casi siempre, cuando hablamos de dinero, solo parece que hablamos de dinero.  En realidad, hablamos de otra cosa.

El dinero, contrario a lo que pudiéramos pensar, es un concepto puramente abstracto, si bien con funciones utilitarias específicas: servir como unidad de cuenta, como medio de intercambio y como almacén de valor.

 Sin embargo, tenemos la tendencia a colgar en el dinero toda clase de percepciones, miedos y emociones.

 Sobre todas las cosas, tendemos a relacionar los temas de dinero con poder, control y evaluación del grado de éxito con el que desempeñamos la mayoría de nuestros roles en la vida.

Y, como esta “colgadera” de temas en el dinero suele suceder por impulsos de los que no siempre estamos conscientes, en la práctica, hablar de dinero con otras personas equivale – en nuestras mentes – a desnudarnos emocionalmente.  Y, voilá. 

Por eso es tan incómodo hacerlo.  Por el instinto de conservación que nos previene de colocarnos en posiciones vulnerables. 

Un aspecto medular de la cultura financiera, precisamente, es la disminución de esta resistencia a hablar de dinero en el seno de la comunidad, a partir de la racionalización de cargas emocionales excesivas que a menudo envuelven el tema. 

Aprender a hablar de dinero es una forma de aprender a mirar la realidad de frente, lo cual constituye el primer paso que debe dar una comunidad para redirigir el rumbo de su gestión financiera hacia la construcción de un bienestar más sostenible.

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¿Dinero y sexo?

A hablar de dinero, como a hablar de sexo, se aprende de la manera siguiente:

1. Elimine el tabú.  Atrévase y verá que no es tan difícil como parecía.

 2. Haga una costumbre de llamar las cosas por su nombre. sin vueltas ni adornos.

3. No pretenda eliminar las emociones.  El propósito, más bien, es expresarlas y equilibrarlas. 4. Recuerde que es un aprendizaje: vaya poco a poco.

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