Porque se politiza. Así de simple. Lo que cuenta es si Quirino estuvo más vinculado al Gobierno de Hipólito Mejía o al de Leonel Fernández. No importa cuánta droga distribuyó este personaje ni quiénes eran sus suplidores y contactos internos y externos para transportarla. Eso le interesa a los Estados Unidos, pero no a ciertos voceros nacionales que se autoproclaman abanderados en la lucha contra el narcotráfico. 

A esos patriotas de mala muerte,  les interesa sólo sacarle provecho político al tema, para lo cual destruyen reputaciones sin el menor escrúpulo y acusan sin fundamentos a cuantos opositores encuentren en su camino.

Estos tenebrosos personajes ahora salen de nuevo a la palestra pública queriendo cargarle el muerto de Quirino al Gobierno del PRD, cuando un fuerte rumor público habla de una lista de extraditables mayormente vinculados a los gobiernos del PLD. Al final de cuentas, importa un carajo una u otra cosa, ya que el tráfico de estupefacientes trasciende cualquier gestión pública presente o pasada.

La verdad es que esta bizantina discusión, que no pasa de ser basura, no resuelve ni resolverá este maldito problema de la droga, que gradualmente se convierte en un cáncer incurable para la sociedad. Y mientras nos entretenemos con estas acusaciones pendejas, todo parece indicar que los Quirinos se multiplican y siguen traficando como si nada hubiera pasado. Vean lo de Paya.

La droga desde hace mucho tiempo está entronizada en un  amplio sector de la sociedad dominicana. Toca muchas puertas del poder político y militar. También lo hace en muchos negocios privados que sirven de telón de fondo a sus operaciones. Pero no es un asunto de este Gobierno o del anterior. Es un problema mucho más grave, que ya es parte de las discusiones macroeconómicas. ¿O usted no sabía que la inversión externa depende mucho de cuántos dólares entren por el narcotráfico?

Hay, evidentemente, una incapacidad manifiesta de los organismos de seguridad para bregar con este delicado asunto. Cuando uno oye que en México, un alto jefe de la policía local o de la propia DEA fue detenido por su vinculación con los cárteles del narcotráfico, uno se pregunta qué podría estar pasando por aquí. Hay tanto dinero por el medio que resistirse a cualquier tentación parecería imposible.

Pero al margen de todo esto, lo que más daño le hace a la lucha contra el narcotráfico es la politización del tema. Mientras se quiera usar el narcotráfico para  atacar a los opositores políticos, en esa misma medida los narcotraficantes se fortalecen. Y en esa misma medida la capacidad para enfrentarlos se debilita.

Hoy se trafica con droga 20 veces más que hace 4 años y 50 veces más que hace 10 años. Y si seguimos en la misma onda, en los próximos 4 años será 100 veces más, hasta que caigamos gradualmente en un narco-estado. Ojalá que la famosa cumbre se concentre sólo en este tema.