Contrario al efecto convencional que era de esperarse tras los aumentos en las tasas de interés en Estados Unidos, que era el de que la moneda dominicana, al igual que la de los demás países emergentes, se depreciara, el peso registra una apreciación acumulada que algunos estiman en 8.75 por ciento en los últimos dos años.

Esto ocurre en un escenario en que el dólar estadounidense ha alcanzado máximos históricos en el último año, perjudicando a diferentes economías del mundo que dependen de esa divisa a la hora de pagar algunas importaciones, pues al menos la mitad del comercio internacional se paga en en dólares estadounidenses.

Otro efecto que por tradición se espera con el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos es que el servicio de la deuda de los países emergentes aumente no solo como resultado de las tasas de interés más altas, sino también producto de una eventual depreciación de la moneda que obligaría a los gobiernos a buscar más pesos para cubrir su deuda generando presiones fiscales, efecto que ha sido amortiguado en la República Dominicana con la apreciación del peso.

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La apreciación del peso también ha evitado que los subsidios que otorga el gobierno a los combustibles y a los alimentos fueran mayores a los niveles ya alcanzados, y que lo mismo ocurriera con las transferencias al sector eléctrico, pues en todas esas partidas el tipo de cambio incide directamente.

No hay dudas de que al apreciarse el peso, en vez de depreciarse, se ha evitado que las presiones fiscales se desbordaran y que la tasa de inflación alcanzara los dos dígitos que se ha evitado alcanzar.

Esto se ha conseguido porque los signos de fortaleza exhibidos por la economía dominicana han permitido aumentar la oferta de dólares en el mercado local y fortalecer las reservas internacionales del país, y porque una buena administración de la política monetaria ha llevado al Banco Central a disponer oportunamente aumentos en la tasa de interés para evitar salida de capitales.

Las presiones inflacionarias a nivel mundial, generadas por los efectos de la pandemia, la crisis en el transporte marítimo y la guerra en Ucrania, han obligado a los gobiernos a colocar como objetivo principal de su política económica la lucha contra la inflación. Y en la República Dominicana, la apreciación del tipo de cambio ha sido el valladar que ha evitado un desbordamiento de los precios.

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Devaluaciones son problemáticas

Las devaluaciones son problemáticas porque encarecen los precios, sobre todo de los bienes importados. Esto ha resultado particularmente inquietante en un momento en que hay problemas de suministro y la guerra en Ucrania afecta las entregas. Para proteger sus divisas, los bancos centrales de los países en desarrollo tienden a subir sus propias tasas de interés, que es lo que ha hecho de manera oportuna el BC.