¿Por qué Hipólito?

¿Por qué Hipólito?

La presentación ante la Junta Central Electoral de los documentos que avalan el nacimiento del Partido Revolucionario Mayoritario elimina la congelación en la que se intentó mantener a dirigentes y militantes del antiguo PRD, traicionado, vendido al peor postor, enterrado por infames sepultureros cuya acción los deja sin la mención ni siquiera de una línea en la historia de la práctica política democrática, decente, honesta, de cara al sol, como pedía Martí.

El PRM debe seleccionar como su candidato a la Presidencia de la República para el 2016 a un hombre con un perfil que concite la aceptación tanto de los sectores populares, amas de casas, sindicatos, grupos estudiantiles, deportistas, sectores profesionales, empresariales, industriales, comerciales, en fin, del pueblo dominicano.

Les presento mi candidato: Hipólito Mejía: decidido defensor de los derechos humanos, emprendedor, empresario exitoso, honesto y pulcro manejador de fondos privados y del Presupuesto Nacional, portavoz de las necesidades más acuciantes de los pobres, permanente, creyente, practicante y maestro en el arte de la defensa y aplicación de los métodos que honran los procedimientos democráticos, excelente amigo y respetuoso de los derechos de los adversarios, valiente sin temeridad, respetuoso del destino que debe darse a los fondos públicos, demócrata a tiempo completo en el gobierno y en la oposición, propiciador del consenso como modo de gobernar para bien de todos sin exclusiones irritantes y abusivas, ferviente propulsor del equilibrio político, defensor a ultranza del manejo pulquérrimo de los fondos públicos como una forma de defender la soberanía económica del país, el autogobierno y la independencia nacional hoy empeñada por préstamos extranjeros, más préstamos y nuevos empréstitos, mientras continúan los déficits creados por el gobierno para la corrupción económica y la corrupción política, mediante la compra inmoral e ilegal de voluntades, un hombre de mano firme, de mente abierta, capaz de gobernar sin arbitrariedades ni abusos, respetuoso de los derechos ajenos, de la independencia que permita al sistema judicial aplicar e interpretar las leyes en beneficio de todos, sin importar diferencias raciales, económicas, culturales, políticas, religiosas o de ningún género, innovador empresario privado, dispuesto a respaldar los avances tecnológicos en todos los campos de la actividad productiva nacional, con una clara visión de la necesidad de ajustar el sistema educativo nacional a los requerimientos de los sectores agroindustriales, pecuarios, mineros, con una producción encaminada a la exportación, con un propósito definido de industrializar los productos nacionales para competir en este mundo de hoy, donde las mercancías se trasiegan de uno a otro país y las ventajas competitivas son la diferencia entre el triunfo o la salida del mercado, pero sobre todo, un espíritu y una práctica que coloque primero la gente, para que podamos crear un mejor país, pero para todos.

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