)Por qué hoy y no ayer? La reforma fiscal

)Por qué hoy y no ayer? La reforma fiscal

Asistimos a un gran debate, en éstos momentos, sobre la Reforma Fiscal y Tributaria, los empresarios y los economistas de varias tendencias como les llama Paúl Krugman «los Vendedores de políticas económicas», han planteado todos, las necesidades de que se lleve a cabo en lo inmediato la referida reforma; los técnicos del Fondo Monetario Internacional y los demás organismos de créditos internacionales, coinciden también en que es necesario producir esa reforma ahora. )Cuál es la causa? )Por qué esa coincidencia? )Existen divergencias?.

La mayoría de los sectores que abogan porque se tomen, en estos momentos, las medidas de tipo fiscal y tributario, coinciden en el hecho de que nos encontramos frente a un déficit fiscal, un deterioro de los parámetros macroeconómicos, expresado a través de la caída del PIB, pérdida progresiva de nuestras reservas internacionales, cúmulos y atrasos de nuestros compromisos de pagos, por concepto de la deuda externa, déficit creciente en la balanza de pagos, a partir del deterioro en los términos de intercambio comercial; todo ello producto de una política económica implementada por el gobierno que ha resultado equivocada por sus efectos y resultados.

La coincidencia deviene en que se tiene la certeza de que mediante la reforma fiscal, el estado obtendría mayores ingresos (la reforma propuesta), a partir de incrementar los impuestos y ampliar la base imponible del ITBIS, es decir, cobrarle el ITBIS a aquellos productos que como la medicina aún están exentos del pago de este impuesto y por el otro lado, aumentar la presión tributaria sobre el PBI.

Quienes así piensan, como es lógico, sólo piensan en sus intereses particulares. Entienden que el Estado con mayores recursos (sólo por la vía de más impuestos) podría enfrentar el déficit fiscal, detendría la inflación, incidiendo de manera directa en las actividades económicas y por vía de consecuencia, les resolvería su problema.

Pero… )Por qué se esperó hasta ahora, cuando la situación ha llegado a estos términos? Los dominicanos, producto de nuestra idiosincrasia, nos gusta dejar todo para después, esto así porque en el año 2001, específicamente el jueves 19 de julio de ese año, en la sección económica de éste matutino, escribimos un articulo titulado «Valoración GATT: su impacto en la economía dominicana», donde con mucho tiempo advertíamos que de continuarse con esa política económica, y si no se hacía una Reforma Fiscal Tributaria estructural y completa, «no como parte de una política fiscal coyuntural», nos veríamos con un déficit fiscal, carente de los recursos necesarios para implementar los planes que el país requiere.

Para ese entonces sugeríamos que la reforma se hiciera en esos momentos, cuando el país y la situación económica, todavía estaban en mejores condiciones, pero no se hizo. Ahora se quiere hacer a la carrera para resolver un problema de coyuntura o del momento, cuando la crisis se ha tornado más difícil.

Variadas opiniones se levantan reclamando ahora la mencionada reforma, pero todos coinciden en un sólo punto: Hay que aumentar los impuestos, cargarle más impuestos al pueblo que paga, ampliar la base imponible; para que el pueblo «pague los platos rotos» y de esta manera favorecer a los evasores consuetudinarios.

Con mucha justeza planteaba el presidente Mao Tse Tung, que Ade dos enfoques opuestos, se llegan a dos conclusiones distintas», esto así porque todos estamos de acuerdo que es necesario la tan reclamada reforma, pero no para que se aumenten los impuestos y sé amplié la base imponible del ITBIS, aquí reside la gran diferencia, puesto que «los vendedores de políticas económicas» sostienen que se les debe cobrar, hasta a las medicinas y a otros productos de primera necesidad. Todo lo contrario, abogamos a que se haga la reforma, pero tomando los siguientes parámetros.

Declaremos al país en estado de emergencia y elaboremos un plan.

Todos estamos de acuerdo de que la situación de crisis por la que vive el país, impone modificar nuestro modo de vida, por lo que se impone elaborar un plan de emergencia, a mediano y largo plazo. Los dominicanos debemos aprender de Jean Monnet, quien diseñó un programa de modernización y desarrollo de Francia, que la sacó de la gran crisis de la posguerra.

[b]Propuestas de soluciones[/b]

Es por ello que debemos comenzar con un programa de modernización de todo el país, reestructurar y reorganizar las instituciones de recaudación, a fin de eficientizar el cobro de los impuestos, reducir la evasión fiscal, focalizar dónde el Estado deja de percibir ingresos y las razones. Ver en Aduana la evasión excede el 60%, producto de la mala administración y la deficiencia técnica, el no cobro de manera apropiada del impuesto a las propiedades suntuarias y propiedades inmobiliarias, los impuestos sucesorales etc. a través de la Dirección de Impuestos Internos, reflejan la naturaleza y características de estas instituciones. En éste país ambas instituciones recaudan por rutina, no como parte de una política real de seguimiento fiscal. Esta situación debe cambiarse y ambas instituciones modernizarse.

Con respeto a la deuda externa, el nuevo gobierno debe someter un programa tendente a renegociar la misma, a fin de obtener que dicha deuda sea convertida en proyecto de inversión. Para ello, si es necesario, contratemos firmas especializadas en renegociación de deuda. Si logramos convertir nuestra deuda en proyecto de inversión mediante una renegociación, generamos empleos, ahorramos divisas y podríamos honrar nuestro compromiso en posiciones más favorables, (aprendamos de Nicaragua y otros países que han hecho mejor renegociación de su deuda).

Por otro lado, el Estado debe reducir sus gastos al máximo, menos secretarios de Estados y subsecretarios, reducir los gastos de representación, gasolina y viáticos, (véanse los gastos personales del gobierno en los informes periódicos), quitarle lo más de trescientos millones de pesos (RD$ 300,000,000.00) que se le entregan a los diputados y senadores de manera olímpica por conceptos de ONGs y gastos de francachelas.

Promover las exportaciones mediante la creación de instrumentos de fomento, desarrollar los mecanismos entre el sector bancario y el gobierno para bajar las tasas de interés, como medio de promover los prestamos y la inversión, el empleo y el consumo, fomentar prestamos al sector industrial a la pequeña empresa y a la agricultura.

Transformar las fuerzas armadas en una institución moderna con hombres y mujeres técnica y profesionalmente preparados, reduciéndolo en número, éste país no necesita la cantidad de hombres bajo las armas, y aquí tenemos más generales que cualquier país, es más tenemos más generales que en los EE.UU, Rusia etc.

Soy de opinión que se debe revisar todas esas pensiones escandalosas, las nóminas abultadas de personas que cobran sin trabajar, la reforma debe ser para «la disminución de la presión fiscal» como plantea Michel Albert, se debe reorientar el cobro, mediante una política de hacer más eficiente las instituciones recaudadoras; identificar con claridad dónde está la gran brecha de la evasión; quiénes no pagan y cómo evaden su responsabilidad.

Si se comete el error de incrementar los impuestos, la evasión será mayor, el Estado cobrará menos, la crisis será más aguda puesto que la inflación aumentará, el déficit será mayor, se incrementará la fuga de capitales y se profundizará la caída del PIB y se incrementará el estancamiento de la economía con sus funestas consecuencias.

Las nuevas autoridades no deben hacerle caso a esos vendedores de políticas económicas, puesto que ellos son los causantes de la situación de crisis «con sus sabios consejos», los hechos de hoy al igual que los de abril del 1984,tienen su origen en las recomendaciones formuladas por esos asesores que luego, cuando estallan los conflictos sociales, se lavan las manos y dicen que no tienen la culpa.

El gobierno debe comenzar con un plan de austeridad, reducir sus gastos, no comprar vehículos caros y de alto consumo para los nuevos funcionarios, eliminar los «asesores de los asesores» y a los «asistentes» de los «asistentes» y no comenzar a remodelara los despachos y oficinas de los nuevos incumbentes.

Fortalecer las instituciones jurídicas y políticas, no pactando con la corrupción ni mucho menos alimentar la impunidad.

No se debe incurrir en el grave error, de creer que si se hacen las cosa correctamente, sin que se sancionen debidamente las infracciones, el peculado, el robo al erario público, todo ha de quedar bien, «un crimen o delito sin sanción es un estimulo a su repetición», si por el contrario basado en eso no se sanciona como es debido, entonces los demás lo harán de igual.

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