El Sars-CoV-2, causante del nuevo coronavirus o COVID-19, inexplicablemente presenta mayor severidad, en unas personas que en otras. Los científicos no tienen aún la respuesta certera, sino que están inmersos en la investigación para descubrirlo.
En algunas personas este virus encuentra mayor vulnerabilidad, sacándolas incluso de circulación y llevándolas a la unidad de cuidados intensivos. Este tipo de casos, críticos, alcanza el 6 %, según la Organización Mundial de la Salud OMS.
Por qué la COVID-19 es más severa en unas personas que en otras. Ni la ciencia tiene esta respuesta todavía, lo que sí se tiene hasta ahora es la hipótesis de que la genética tiene una gran responsabilidad en ello.
Esta teoría, que en el ámbito científico ha ganado gran aceptación, se basa en la idea de que las particularidades propias de los genes podrían influir en la gravedad en que virus ataca a cada organismo.
Algunos opinan que la genética podría ser la causante de que mientras un 80 % de los contagiados con la enfermedad presentan síntomas leves, que se podrían incluso confundir con un simple resfriado, y algunos son asintomáticos, en otros extremos, hay otros que el contagio les expone a estados críticos, con presencia de neumonías, entubados y con ventiladores en unidades de cuidados intensivos.
Además de la genética, otros agravantes para la severidad de la enfermedad son las predisposiciones de salud, entre estas la diabetes, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión y el sexo, entre otros.
De hecho, según un estudio realizado en China, los hombres son más vulnerables a la enfermedad, lo que -afirman- puede deberse a que los hombres tienen hábitos de vida con más riesgos, vinculados al tabaco y el alcohol.
Otro estudio realizado en Europa indica que el tipo de sangre también influye en la levedad o severidad de la enfermedad.
El resultado de esta investigación indica que las personas del tipo de sangre A tienen un 50 % más riesgos de contagiarse de la COVID-19, de entrar en estado crítico y requerir la asistencia de ventiladores, mientras que las personas del grupo sanguíneo O tienen un efecto protector contra la insuficiencia respiratoria.