La fobia es una patología psíquica que presenta diferentes manifestaciones clínicas, como es un gran temor que se escapa de la racionalidad. Muchas veces se manifiesta como llanto, angustia, desesperación o todo lo contrario, el paciente se inhibe.
Emocionalmente las fobias tienen un alto costo para el paciente; la calidad de vida del individuo se afecta negativamente, llegando a afectar su vida familiar, laboral y social.
Esta se presenta en cualquier sexo y edad, puede estar relacionada a experiencias traumáticas, historias transmitidas por terceros, dolor de origen dental, pacientes con problemas psicológicos, entre otras.
La imagen del odontólogo de antaño es de por sí tenebrosa, pero gracias a los avances científicos, la alta tecnología y la psicología aplicada a la consulta dental, la práctica moderna dista mucho de la de aquellos años.
Las principales causas de fobia hacia el odontólogo son: el ruido de las turbinas y micro motores, el momento de la anestesia, la falta de comunicación, las memorias de las prácticas de antaño, el odontólogo barbero y los fuertes dolores de muelas.
Muchas de estas fobias nacen en la infancia; lamentablemente, se espera que el niño atraviese un episodio de dolor o trauma para visitar al odontopediatra. Lo correcto es planificar las citas de prevención y rutina, las cuales no presentan malestar alguno para el paciente, por el contrario, cree una relación de camaradería con el profesional de la salud.
En adultos, la comunicación es fundamental. Es responsabilidad del odontólogo explicarle todos y cada uno de los procedimientos a realizar al paciente, aclarar dudas y temores. En estos tiempos puede auxiliarse de todos los avances tecnológicos en cuanto a comunicación posible, pues esta debe ser fluida y veraz en todo momento.
Un punto a tener en cuenta es que cada paciente reacciona de forma diferente ante cualquier tratamiento de salud. El umbral del dolor varía de una persona a otra, al igual que su grado de cooperación durante el proceso y el postoperatorio.
La tecnología cada día da pasos inmensos en beneficio de la práctica odontológica, hoy es una realidad la aplicación del láser en la odontología, tanto de alta como de baja potencia, brindándole múltiples beneficios al paciente en materia de eficiencia, dolor y rápida recuperación.
Por otro lado, los fármacos cada vez más están avalados por estudios científicos que garantizan mayor efectividad.
El profesional de la salud, gracias a las múltiples alternativas que tiene de capacitarse, aborda cada situación dependiendo de su área de especialización, siendo muy común la interconsulta.
La aplicación de la psicología en la consulta dental es otro factor que ha ayudado a disminuir la fobia.
Gracias a los medios de comunicación y la educación, los padres y el Estado, cada día se preocupan más por la higiene, sana alimentación y la salud oral de sus hijos.
Todos esos puntos son de vital importancia, ya que un paciente que no ha tenido experiencias de dolor de origen dental tiene menos posibilidades de presentar fobia al dentista.
Por último, recuerde que el odontólogo es su aliado, su objetivo es verle sonreír y juntos lo pueden lograr: pacientes, padres autoridades y profesional de la salud.
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