El esqueleto humano, está formado por 206 huesos compuestos, en su mayor parte, por sustancias inorgánicas (65 %), de las cuales el calcio y el fósforo son los principales y les confieren la firmeza y rigidez que necesitan.
El principal componente orgánico es el colágeno, que le brinda la flexibilidad necesaria para realizar los movimientos sin riesgos de que puedan quebrarse o fracturarse. Vemos entonces, que además de ser importante y fuerte, el esqueleto necesita ser cuidado.
Para garantizar la calidad del hueso existe un proceso de remodelado óseo constante, mediante el cual el hueso viejo es reemplazado por hueso nuevo; sin embargo, este equilibrio podría verse afectado por diversos factores, es entonces cuando aparece la osteoporosis. La densidad del hueso, la calidad y el remodelado son los “determinantes de la resistencia ósea”. La disminución de la densidad, las alteraciones de la calidad y el remodelado óseo acelerado serían las causas que originan la enfermedad.
Cuando un paciente con fragilidad ósea sufre una caída, sus huesos se fracturan con más facilidad, y si tenemos en cuenta que la osteoporosis y la frecuencia de las caídas aumentan con la edad, los factores de riesgo de caída pueden ser incluso más importantes para la producción de fracturas en la población anciana que la baja masa ósea, sobre todo en la fractura de cadera.
Se estima que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres de más de 50 años sufren de osteoporosis, condición responsable de millones de fracturas anualmente, en muchas de las cuales se involucran las vértebras lumbares.
La osteoporosis es mucho más frecuente en las mujeres, fundamentalmente por dos razones: el hueso llega a su pico máximo de calidad durante las tres primeras décadas de la vida y a partir de entonces, inicia un proceso de degradación constante y progresivo; las mujeres en el momento de alcanzar su pico de masa tienen unos huesos con menor densidad mineral (menor reserva ósea) que un hombre de su misma edad, y las perdidas posteriores hacen que llegue más fácilmente a la fragilidad; además de que la velocidad de pérdida ósea, ella sufre una aceleración importante en los primeros 5 a 10 años después de la menopausia. No obstante, hay un número considerable de causas de osteoporosis a cualquier edad que no suelen ser reconocidas ni valoradas y que no están asociadas a la influencia estrogénica.
La osteoporosis no provoca síntomas y suele pasar desapercibida, motivo por el cual se la ha denominado “la epidemia silenciosa”. Las manifestaciones clínicas de la osteoporosis aparecen como consecuencia de sus complicaciones: las fracturas. Sin embargo, existe el error extendido de considerar que la pérdida de masa ósea provoca dolores musculoesqueléticos.