¿Por qué las mujeres pagan más por objetos de color rosado?

¿Por qué las mujeres pagan más por objetos de color rosado?

Las mujeres deben destinar entre $2.930 y $3.780 por año para cubrir el costo de insumos de gestión menstrual (Shutterstock.com)

Cada segundo miércoles del mes de abril se conmemora el Día Internacional del Rosa, con el objetivo de  elevar nuestra voz ante el acoso escolar, la discriminación, la homofobia y la transfobia.

Origen

Los estudiantes David Sheperd y Travis Price vieron a un estudiante vestido con una camisa color rosa, que estaba siendo acosado.

En apoyo a este hecho ocurrido, al día siguiente promovieron el uso de camisetas color rosa en la escuela.

Este evento inspiró a los miembros del Canadian Centre for Gender and Sexual Diversity a crear y promover el Día Internacional del Rosa en el año 2007, cuya iniciativa pretende apoyar la labor desempeñada por estudiantes, educadores, la comunidad y otras organizaciones para detener estas formas de acoso. ​

Pese a que este fenómeno sirve para respaldar a los hombres, actualmente no podemos dejar de lado de que las  mujeres están siendo víctimas de ¨impuesto rosa”, es decir, el sobrecosto que tienen aquellos productos que tienen alguna diferenciación especial para el consumo de mujeres, principalmente a partir del diseño de los envases.

Solo basta con recorrer las góndolas para comprobar que ese “impuesto de género” se aplica fundamentalmente en artículos de perfumería e higiene personal, farmacia, juguetes y útiles escolares.

Los productos como las máquinas de afeitar, los cepillos de dientes e incluso los medicamentos recetados que se comercializan para las mujeres tienden a costar más, sin ninguna razón discernible que no sea el hecho de que son de color rosa.

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El «impuesto rosa» se refiere a los precios basados ​​en el género, donde las mujeres pagan más por los artículos que se les comercializan, mientras que los productos comparables que se comercializan para los hombres suelen ser más baratos (Shutterstock)

La diferenciación entre productos dirigidos especialmente al público femenino hace que las mujeres terminen pagando en promedio un 10,8% más caros productos similares en relación a los hombres, de acuerdo a un estudio realizado por la consultora especializado en consumo Focus Market.

“Este fenómeno se comenzó a estudiar en Estados Unidos, en la ciudad de Nueva York, en la década del noventa y más adelante en Europa. En América Latina somos pioneros en el estudio del ‘impuesto rosa’. Generalmente, lo que se estudia son los bienes, aunque también se están comenzando a considerar algunos servicios con nivel de diferenciación”, explicó consultado por este medio Damián Di Pace, director de la compañía.

Las razones por las que las mujeres pagan más por los mismos bienes y servicios son tan variadas como los propios productos e industrias.

Como ocurre con muchos problemas de desigualdad, hay causas que son intencionalmente discriminatorias y otras que están impulsadas por los precedentes y las ganancias.

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Es posible que, en algunos casos, los productos comercializados para mujeres sean más caros porque los pequeños cambios en la fabricación, como el color, requieren materiales adicionales a un ritmo mayor. 

O si un producto requiere diferentes materiales y se fabrica a una escala ligeramente menor, el costo de esos materiales adicionales puede distribuirse entre menos consumidores, aumentando el precio.

Sin embargo, no toda la responsabilidad del impuesto rosa recae en las marcas y los fabricantes. Los aranceles que se cobran a la importación de bienes internacionales suelen ser más altos para los productos femeninos. Además, algunos fabricantes pueden encontrar que las mujeres son menos sensibles al precio de sus productos que los hombres. 

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Las razones por las que las mujeres pagan más por los mismos bienes y servicios son tan variadas como los propios productos e industrias (Shutterstock)

Esto significa que es más probable que compren un producto independientemente de si el precio sube o baja. Si este es el caso, es probable que las empresas cobren más por los productos para mujeres simplemente porque pueden hacerlo. Sin embargo, la creencia de que las mujeres son menos sensibles a los precios puede estar desactualizada.

Un estudio reciente encontró que dos tercios de las mujeres probablemente usarían sus teléfonos en la tienda para comparar precios, mientras que solo la mitad de los hombres lo harían.

Sabemos que las mujeres perciben ingresos un 25-27% inferiores a los de los varones, que están subrepresentadas en el mercado del trabajo remunerado y que generalmente están expuestas a mayores niveles de informalidad laboral. 

Y si bien en los últimos años nos hemos acostumbrado a ver estos valores en medios e informes oficiales, todavía hay indicadores que permanecen invisibles. Por eso, desde la campaña #MenstruAcción se busca mostrar otro factor de desigualdad: el gasto menstrual.

Las mujeres deben destinar entre $2.930 y $3.780 por año para cubrir el costo de insumos de gestión menstrual, lo que constituye un factor de desigualdad para este sector de la población, según estimaciones de la organización Economía Femini(s)ta.

En agosto pasado, a través de una videoconferencia, la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados, realizó una reunión informativa con especialistas bajo la consigna “Menstruación en la Agenda Pública”.

“La campaña surgió con el objetivo de visibilizar a la menstruación como un factor de desigualdad que se suma a la brecha salarial, la redistribución asimétrica del trabajo doméstico y otras disparidades de género”, apuntó la divulgadora científica y doctora en Epistemología Agostina Mileo.

La campaña se centró en tres reclamos: quita del IVA para todos los productos de gestión menstrual; provisión gratuita en escuelas, cárceles, universidades, hospitales y otros espacios comunitarios e investigación; y en la elaboración de datos que permitan tomar decisiones tanto públicas como privadas. 

En ese sentido, Mileo dijo que es “fundamental para derribar el tabú que rodea la menstruación para promover una sociedad más igualitaria”.

(Con información de Infobae)

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