Desde hace tiempo, se sabe que hay factores genéticos heredables que pueden hacer a una persona más propensa a sufrir una adicción. Amplios estudios con gemelos han mostrado que el riesgo de abusar de las drogas es heredable hasta en un 60% de los casos.
Esto se ha relacionado con variaciones en el genoma, pero esas particularidades no explican el fenómeno del todo.
En los últimos tiempos, se están acumulando pruebas de que algunos cambios que se producen en las marcas químicas que el estilo de vida agrega al genoma, lo que se conoce como epigenoma, también pueden transmitirse a las generaciones posteriores. Eso sucedería también con la vulnerabilidad a las adicciones.
Esta semana, un grupo de investigadores de la Universidad de Fudan, en Shanghái, China, ha publicado los resultados de un estudio que puede ayudar a entender un poco mejor la relación entre los cambios epigenéticos de un consumidor de cocaína y la propensión de sus hijos a tomarla sin control. En el artículo, que se ha publicado en la revista Nature Communications, explican cómo separaron a ratones dependiendo de su motivación para buscar la droga.
Este interés de los roedores se medía haciendo que para poder acceder a la sustancia tuviesen que empujar una palanca varias veces.
El número máximo de veces que uno de los participantes en el estudio apretaba la palanca se empleaba para estimar el grado de motivación que le inspiraba la droga.