¿Por qué muchos dominicanos no ahorran?

¿Por qué muchos dominicanos no ahorran?

La fortaleza de la economía de un país dado la constituye su decisión constante del ejercicio del ahorro, tanto desde el punto de vista gubernamental, como del sector privado.  Con este accionar mancomunado, se contribuye al fortalecimiento de la banca pública y privada, así como de las asociaciones de ahorros y préstamos y de las cooperativas.   Como resultado de una experiencia personal con relación al modo operativo de una de estas asociaciones de ahorros y préstamos, es que hemos garrapateado estas cuartillas para que los amables lectores saquen sus propias conclusiones.

Resulta que en una asociación de ahorros y préstamos, a la cual no identificaremos por prurito y por evitar que se nos tilde de discriminación, el que estas líneas escribe suscribió, hace cinco años, un préstamo para el pago final de un apartamento por un valor de cien mil pesos, al módico, según los que me hicieron estampar la firma, de un interés de un 26%.  Para que me fuera otorgado dicho préstamo, tuve que abrir sine qua non  una cuenta de ahorros por un valor de RD$10,000.00, además de pagar gastos legales y otros por casi mil quinientos pesos.  Mientras el interés compuesto devengado por el préstamo otorgado por la asociación de marras durante los cinco años, cuatro al 26% y el último al 24%, según los ejecutivos por haber sido un cliente puntual, subió aproximadamente a RD$128,000.00.  Es decir, casi  vez y medio más la suma originalmente tomada en préstamo.  Sin embargo, el interés devengado por mi cuenta de ahorros por los RD$10,000.00 ascendió a RD$1,574.08; prorrateándolo en el lapso de cinco años, resulta un abusivo y al mismo tiempo ridículo interés de un 2%.  Esto equivale a una brecha en el menor de los casos, de un 22% a favor de la institución crediticia.

¿Creen los benévolos lectores que en algunas ocasiones nos manifiestan que nos ojean, que es justo y equitativo este tipo de negociación?  ¿Por qué nuestros legisladores que tienen un sugestivo spot de “aprobado” no incluyen en su agenda esta novedad de usura disfrazada?  Será que tal como lo describió nuestro genial Juan Antonio Alix en una décima el lenguaje de un diputado sólo se circunscribe a expresar “corroboro, corroboro”. El quid del asunto estriba en el poder discrecional que tienen las instituciones de préstamo, de variar la tasa de interés según soplen los aires en el Banco Central de la República Dominicana.      No importa que el contrato haya sido firmado y notariado –RD$500.00- que por supuesto paga el deudor, para que se opere el cambio  del interés previamente acordado.  Así no puede haber estabilización ni tampoco proyección al momento de contraerse una deuda y esto ha sido muchas veces la causa de que a un determinado deudor le sea ejecutado un inmueble.

Mientras en nuestro país la todopoderosa banca no sea regulada con mayor efectividad y  se defina de manera bien clara y precisa el porcentaje equitativo que se le deba pagar al ahorrador -ya que la palabra “ahorrante” no existe en el diccionario de la Real Academia Española- y por ende también se establezca el por ciento fijo que se cobrará al deudor, estaremos a merced de los prestamistas.  De igual modo, al Banco Central debe impedirse por ley, que compita con la banca privada pagando un interés más alto que la misma, lo que conlleva  que para los bancos resulta un mejor negocio, tomar su cartera de préstamo y colocarla en el BC para lograr beneficios libres de todo riesgo.  Como diría nuestro amigo el Coctelero;  “Así si es bueno Magino”.

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