La manera más efectiva de reducir la desigualdad de ingresos es aplicando una política fiscal progresiva
Ya habíamos informado de la reciente incorporación de la República Dominicana a la plataforma tributaria, que auspicia la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que busca convertirse en un espacio regional para generar conocimiento, compartir experiencias, aportar a la construcción de posturas comunes y soluciones que orienten a la toma de decisiones para atender los desafíos de política tributaria de forma incluyente, equitativa, sostenible y favorable al crecimiento.
Esos objetivos no pueden conseguirse si no se cambia la manera en como los países de la región, entre ellos RD, han venido haciendo política fiscal, tanto por la vía del gasto como de los ingresos, que es de manera regresiva, no progresiva.
De ahí que la desigualdad tanto en la RD como en la región sea alta, a pesar de que el país ha logrado un vibrante crecimiento económico en las últimas décadas.
Si bien es cierto que República Dominicana muestra uno de los menores niveles de desigualdad, con un coeficiente de Gini de 38,5, menor que muchos países de la región, todavía es considerado alto. Y eso se debe a la pobre progresividad fiscal.
La manera más efectiva de reducir la desigualdad de ingresos es aplicando una política fiscal progresiva, gravando los beneficios de los que tienen mayores ingresos y redistribuyendo el ingreso a través de transferencias a los hogares más pobres, haciendo énfasis en la inversión en salud, educación e infraestructura. También hay que tapar los hoyos a través de los cuales se escapa la progresividad fiscal.
En un estudio hecho para la Cepal, Agustin Redonda, Christian von Haldenwang y Sofia Berg concluyen en que gastos tributarios representaron en promedio un 4,3% del PIB entre 1990 y 2020, un tercio de los ingresos tributarios recaudados. Es el mismo nivel en que se estima están en la República Dominicana.
Ante esa realidad los expertos se hacen preguntas a las cuales los hacedores de política fiscal deben dar respuestas, entre ellas ¿Se justifica (todavía) el gasto tributario desde las perspectivas económica y social? ¿Es el gasto tributario más eficiente que otros instrumentos alternativos de política pública (por ejemplo, las transferencias directas)?
En la que forma como se aborde la reforma fiscal que el país se propone l levar a cabo, tendremos la oportunidad de dar respuesta e esas interrogantes.