¿Por qué no encapuchamos los jueces?

¿Por qué no encapuchamos los jueces?

MIGUEL A. ROEDÁN H.
Mientras escribo este artículo, escucho en las noticias radiales a alguien diciendo que están chantajeando a los jueces.Parece ser que se argumentaba sobre este asunto, pues recientemente habían secuestrado a un familiar de un honorable juez de la Suprema Corte de Justicia.

Frente a que se ha hecho muy difícil celebrar juicios a los inculpados en asuntos relacionados con el narcotráfico, y la corrupción que afecta al erario público, ya que quien suscribe desempeñó el cargo de juez de Primera Instancia por casi nueve años, y sabiendo como han cambiado los tiempos, no dudo en afirmar que para que un juez o jueza sentencia, debe tener un valor espartano. Si a la discusión de los casos que se externan en los medios radiales, y a veces el atrevimiento y peligro de televisarlos, le agregamos el agravamiento de la seguridad pública que se ha desarrollado en nuestro país en los últimos tiempos, son razones más que valederas para agravar la situación de decidirse a condenar. Estamos seguros de que lo que realmente existe en el país es miedo a condenar los delincuentes,… y con sobrada razón.

Hay algo mucho más inconcebible, y es que después de un juez emitir sentencias por varios años, condenando a delincuentes, sea por renuncia o por cancelación, muchas veces por cuestiones políticas, a los jueces los envían para sus casas desarmados y sin ningún tipo de amparo. Y nos preguntamos, ¿por qué si a los militares, mayores, capitanes, coroneles, etc., los dejan con sus armas, sin haber participado en guerra alguna, o en ningún caso delicado, les dejan escoltas de por vida? ¿Por qué no a los jueces y fiscales? ¿Por qué no les amparan?

Una sabia solución es hacer como en otros países, donde no se exhiben a los magistrados en los casos que los ameritan… ¡Los encapuchan! 

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