¿Por qué no la Restauración?

¿Por qué no la Restauración?

Tahira Vargas García

Y si pudo inconsulto caudillo de esas glorias el brillo empañar, en la guerra se vio en Capotillo la bandera de nuevo ondear”. “Y el incendio que atónito deja de Castilla al soberbio León, de las playas gloriosas le aleja donde flota el cruzado pendón” (Extracto del Himno Nacional escrito por Emilio Prud´homme).

Así como no se ha enseñado ni se canta el Himno completo sino mutilado, tampoco se enseña ni se difunde nuestra segunda y verdadera independencia, la Restauración de la República que se conmemoró el pasado 16 de agosto.

Las enseñanzas que hemos recibido sobre nuestra historia y cómo obtuvimos nuestra independencia se reducen a la gesta del 27 de febrero de 1844 y no se extienden con énfasis e importancia a lo que ocurrió 17 años después cuando perdimos nuestra soberanía con la anexión a España en 1861.

¿Por qué la Restauración no tiene el estatus de fecha patriótica que tiene la Independencia Nacional?

Las razones pueden ser varias y se pueden quizás encontrar en elementos como son:

Ausencia de un abordaje de nuestra historia como proceso colectivo (no con hechos aislados) desde la relación estrecha entre la Independencia Nacional de 1844 y la Restauración de 1863.

El desconocimiento de la Restauración favoreció a los intereses hispanizantes de las elites de poder y las dictaduras de Trujillo y Balaguer negadoras de nuestras raíces afrodescendientes y de la mirada a España como invasora y colonizadora por segunda vez contra el pueblo dominicano.

Énfasis en la ocupación de Boyer-Haití de 1822 como única ocupación del país con negación de las ocupaciones posteriores de España y los Estados Unidos favoreció a sostener el sentimiento nacionalista-patriótico distorsionado hacia el antihaitianismo.

Invisibilidad de personajes históricos con roles importantes en la Restauración como Gregorio Luperón, Benito Monción, Santiago Rodríguez, y otros, afrodescendientes.

Invisibilización del apoyo del pueblo haitiano a la Independencia y con mayor fuerza la Restauración desde sus inicios, así como la acogida y refugio en Haití de muchos de nuestros héroes y padre de la patria Francisco del Rosario Sánchez, quien huía de la persecución de Pedro Santana.

La Restauración debe ser una prioridad en la enseñanza de la historia con énfasis en el rol protagónico de nuestro campesinado con liderazgos de mujeres y hombres afrodescendientes y pobres. Esto favorece a desmontar la visión errónea del patriotismo que nos han inculcado en la educación dominicana que niega su carácter colectivo.

Esta perspectiva supone el reconocimiento del apoyo del pueblo haitiano en ese proceso histórico y el coraje de nuestro pueblo para enfrentar dictaduras, autoritarismo y corrupción.

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