¿Por qué no reforestar con árboles frutales?

¿Por qué no reforestar con árboles frutales?

JUAN TERRERO PEREZ
El exvicepresidente Jaime David Fernández Mirabal encabezó lo que se denominó “Quisqueya Verde”, un plan de reforestación que se desarrolló durante el período constitucional que presidió el doctor Leonel Fernández Reyna en 1996-2000.

En calidad de reportero del desaparecido diario La Nación tuvimos la oportunidad de cubrir varios operativos de reforestación en la zona montañosa del municipio de Villa Altagracia en la provincia San Cristóbal, siendo el director general forestal el contralmirante Radhamés Lora Salcedo.

Los programas de reforestación se hicieron con plantas ornamentales de rápido crecimiento, entre estas, acacias, pinos, jabillas, en fin, plantas que únicamente ofrecen sombra y madera no aprovechable.

En República Dominicana se tiene entendido que no se debe reforestar con árboles frutales porque genera un problema social por lo que se denomina “el maroteo”, que no es más que mozalbetes que incursionan en los predios en busca de los frutos que muchas veces son predios ajenos.

Empero, ese mal social en que los muchachos generarían problemas con la tirada de piedras para tumbar los frutos se originaría en avenidas en avenidas y calles de las ciudades, no así si esos frutales son plantados en predios como lomas y cordilleras.

Se conoce que el motivo de reforestar con plantas de rápido crecimiento se debe al afán de lograr rápidamente contrarrestar el gran deterioro que acusa nuestra floresta.

Ahora bien, ¿cuántos años hace de lo que contamos al comenzar este trabajo, o sea, de los programas de reforestación que se hicieron en Villa Altagracia y otras partes del país? Pasaron los primeros cuatro años gubernamentales del doctor Leonel Fernández, los cuatro del gobierno de Hipólito Mejía, y van casi tres del nuevo período del doctor Fernández, o sea, que han pasado ya más de 10 años.

Sostienen los que saben de agronomía que el coco, el mango, aguacate y otras plantas, entran en producción en cinco años. Si se hubiese reforestado con coco en las lomas de Villa Altagracia cuando Jaime David encabezaba el Plan “Quisqueya Verde”, ¿no tendríamos una buena producción de cocos en esas lomas? ¿No se da este tipo de plantaciones en cualquier terreno? En cambio, si se hubiesen sembrado mango, aguacate, u otros rubros, ¿no hubiesen muchas matas de mango produciendo?

En un país como la República Dominicana, donde muchas gentes pasan hambre, debemos pensar más en los que no tienen que comer, en los que no tienen nada, no sólo pasarnos la vida teorizando en seminarios, talleres, charlas, conferencias, donde los planteamientos se quedan plasmados en los papeles  nada más.

Necesariamente tenemos los dominicanos que dejarnos de pendejadas y pasar de la teoría a la práctica, a los hechos. Es mucho lo que hemos hablado. Está bueno ya. Hay la necesidad de echar el país hacia delante, verdaderamente hacia delante, verdaderamente hacia el desarrollo, verdaderamente hacia el progreso, no únicamente, hacia el progreso en campañas publicitarias.

¿Cuándo comenzaremos verdaderamente a desarrollar la República Dominicana? ¿Cuándo comenzaremos a ordenar el país? ¿Cuándo?

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