¿Por qué no tener un hijo único?

¿Por qué no tener un hijo único?

Siempre se ha dicho que el concepto de hijo único esta asociado con la extrema protección y la mala educación. Sin embargo hoy en día el panorama de esta situación esta cambiando. Las investigaciones llegan a asegurar que un niño que es hijo único posee más cualidades que defectos. Antes, el hijo único tenía fama de creerse el centro del universo, de ser egoísta, malcriado y rebelde. Hoy en día se ve el lado positivo de la situación. Se considera al hijo como una persona normal, independientemente de que sea único o no.

Según la psicóloga argentina Gabriela Ensinck, el hecho de ser hijo único no es un elemento que define por sí solo el futuro de un niño. Su evolución, como la de cualquier otro, depende de la educación que le den sus padres. El hijo único puede tener un desarrollo tan sano como el de un hijo con hermanos. Algunos problemas que experimentan los niños, como la dependencia de los padres, el consentimiento, la sobreprotección, introversión, etc, no son sólo características de los hijos únicos. Se deben, en la mayoría de las veces a la manera como los padres los educan.

Son muchas las familias que deciden tener un solo hijo por diferentes razones. En primer lugar, el tener sólo un hijo le da a la madre más oportunidades para trabajar fuera de casa. En segundo, muchos padres no llegan a tener el número deseado de dos o tres hijos debido a una ruptura anticipada matrimonial. En tercer lugar, la infertilidad, impide el nacimiento de más niños. Y en China la situación es especial. El gobierno limita la población obligando a las familias a tener a sólo un niño.

¿HAY ALGO DE POSITIVO EN TENER SÓLO UN HIJO?

Por un lado, para las familias supone la mitad de preocupaciones y la mitad de gastos. Además es posible ocuparse mejor del hijo y darle más oportunidades y facilidades en la vida. Existen expertos que afirman que los hijos únicos poseen más capacidad para ser triunfadores en la vida. Consideran que el niño vive con una carga menor de ansiedad pues no tiene que disputar el espacio ni la atención de sus padres. Lo que a la vez en un inconveniente porque el niño no aprende a compartir. Todo le pertenece.

El problema de crecer sin hermanos es que todas las expectativas y las exigencias familiares estarán puestas sobre él. Tal vez sea por eso que algunos estudios señalan que un hijo único crece con ideas de vencedor, debido a que sus padres proyectan en él sus propias ilusiones y siempre le exigen dar lo mejor de sí mismo. El hijo único es el que sufrirá los miedos y equivocaciones de sus padres. No tendrá con quien compartirlas. Y además, pueden que se aburran un poco más que lo normal. Pero nada es tan definitivo. Tanto los hijos únicos como los que tienen hermanos pasan por las mismas situaciones.

CONSEJOS

Existe una inquietud en muchos padres por no querer dar excesos a su hijo que le perjudiquen en lugar de beneficiarlo. Es muy fácil caer en la tentación de protegerlo en exceso, mimarlo, y mal educarlo, pero si lo que quieres es educarlo como se debe, es importante que sigas algunos consejos:

1- Evita que seas demasiado absorbente con tu hijo.

2- Busca no protegerle en demasía.

3- Anímale a que siga sus propias inclinaciones.

4- Respeta y acepta los defectos y fallos de tu hijo.

5- Valora sus logros pero no lo elogies demasiado.

6- No te olvides del afecto. Eso le dará seguridad.

7- Regáñale o castígale cuando sea necesario y no te sientas culpable por ello.

8- Combata la «soledad» de tu hijo fomentando el contacto y sus relaciones sociales con otros niños.

9- Busca actividades deportivas y lúdicas en las que pueda competir y compartir experiencias con otros de igual edad.

10- Evita a que tu hijo esté siempre rodeado de adultos.

11- La figura del padre representa un papel fundamental para el niño, pues él puede ayudar a que el hijo no esté demasiado apegado a la madre.

12- No seas posesivo(a) con tu hijo. Déjalo compartir con otros niños.

13- Evita demasiado control sobre tu hijo. No le digas a todas horas: «No toques», «No hagas eso», «te vas hacer daño», etc.

14- Ayuda a tu hijo a que solucione sus propios problemas, pero no a todos.

15- Invita a los amiguitos de tu hijo a que vengan a jugar en vuestra casa y deja a que tu hijo se vaya también a la de ellos.

16- Deja que tu hijo viva su infancia. No le trates como un adulto. Recuerda siempre que él es un niño.

17- Evita tratarlo como a un «robot», haciendo todo lo que le digas. Ayúdale a que tome sus propias decisiones, cuanto a que ropa vestir, qué comer. Pida su opinión. Hágale participar.

Fuente: Revista Ciencia Plus

Publicaciones Relacionadas

Más leídas