¿Por qué Obama?

¿Por qué Obama?

La elección de Barack Obama motiva implicaciones interesantes para el análisis y debate, sin evitar caer en el campo de la especulación. La más natural es presuponer que la sociedad americana ha cambiado y ha facilitado que un afro-americano pueda convertirse en el presidente número 44 de su historia presidencial, conclusión que no se corresponde con las diferencias raciales expuestas en el mismo proceso de campaña.

Otra es considerar que la mayoría blanca americana se encuentra perdiendo incidencia ante una comunidad afroamericana y latina que han alcanzado espacios importantes en la sociedad americana. A pesar de un voto fuerte de la juventud americana en su mayoría descendientes de esas comunidades, no creemos que haya sido el elemento fundamental para la elección de Obama.

En la pre-campaña la línea liberal del corredor de Washington-Wall Street, aún cuando no estaban contentos con los resultados de la política de Bush y preferían sostener un gobierno republicano, impulsaron a que Obama derrotara a Hillary Clinton, a quien veían con posibilidades de derrotar la propuesta republicana. Obama fue considerado vulnerable por su condición de color, fácil de vencer, pero nunca que penetraría en la sociedad americana y poner en riesgo la candidatura republicana.

La figura de Obama, su discurso, su preparación, su carisma, sorprendió a los estrategas de campaña del corredor de Washington. Una bola de nieve que les llevó por delante. Tuvo la “suerte” Obama de que los sucesos de la crisis financiera se presentaran en el momento “justo”, sacando a flote resultados de una gestión que ha conducido a los Estados Unidos y al mundo a una situación económica de grave magnitud.

Luego de la victoria, ¿hasta dónde esa clase económica poderosa americana apoyará la gestión de Obama? En su primera conferencia de prensa vimos un Obama parco, ligeramente apagado, conservador en la exposición y extremadamente cuidadoso en las respuestas a las pocas preguntas que le hicieron. Como figura presidencial que comienza a recibir los primeros informes de inteligencia, Obama se encuentra de frente con lo que los dominicanos decimos: “una cosa es con guitarra y otra con violín”.

Obama es americano, criado y educado bajo la cultura de sus abuelos blancos, es un intelectual de Harvard y por más profundas que sean sus raíces, gobernará para el pueblo americano, con la filosofía del pueblo americano y la tradicional línea de gobierno de los demócratas.

Sin embargo, hay temor de que por su condición personal, por la propia situación de la crisis, ese corredor liberal del que hablamos pretenda dejar que las cosas se precipiten como una forma de enlodar la figura de Obama y de los afroamericanos, demostrando que su elección, como ya han comenzado a decir, fue un error.

La conjugación de los intereses económicos con los de la raza no se mantendrá ajena a la administración de Obama. Tendrá que apelar en mucho a su carácter, a su determinación y al uso de una mayoría congresional que puede darle el espacio de poder que necesita.

Veremos.

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