¿Por qué sí votar en las próximas elecciones?

¿Por qué sí votar en las próximas elecciones?

El voto está definido en la Constitución como un derecho ciudadano pero al mismo tiempo como un deber ciudadano. Como derecho en ello se infiere el valor que tiene dicho ejercicio para todo el ciudadano que requiere y exige de la asistencia de una sociedad que debe estar organizada para servirle en todos y cada uno de los momentos de su existencia.

Por sus derechos el ciudadano lejos de auto excluirse debería constituirse en un ente consciente y convertirse en un fiero luchador incansable. Esto naturalmente tiene sus implicaciones, una de ellas al constituirse en elemento de presión es la necesidad de la búsqueda de información que lo actualice sobre la realidad nacional que le rodea y cuáles son las ofertas electorales de los candidatos que participan y que se supone que deben estar cónsonos con los programas de sus partidos sea gobierno u oposición y sus nuevas ofertas de cara al futuro.

El deber del ciudadano está condicionado, entre otros, al mantenimiento y defensa del Estado que lo representa para lo cual el ciudadano es su base de apoyo esencial, por ello entre derecho y deber tiene que existir una reciprocidad interactiva. Sobre todo si se está identificado con el sistema político y el orden establecido. No estamos en dictadura, gozamos de libertades, nuestro sistema no es perfeto tenemos que mejorarlo, hay que mejorar muchas cosas, pero hay que estar dentro y no auto excluirnos.

La República Dominicana está organizada en un sistema político, económico y social democrático representativo de relativa juventud, esta ha sido la manera como la actual sociedad ha querido organizarse y desarrollarse, con todas sus debilidades y flaquezas. Pero es la sociedad misma la que tiene que asumir en la marcha los cambios, reformas y modificaciones necesarias al orden como estamos constituidos y estructurados. Y este proceso tenemos que fortalecerlo, depurarlo, y no puede ser un acto de coyuntura ni contrario al mismo. Tampoco podemos estar inventando en el camino de manera medalaganaria poniendo en entredicho cuestiones que son esenciales al interés común de la sociedad. ¿Quién discute que en este país se coexiste entre pocos ricos y una mayoritaria miseria espantosa de extrema pobreza?

La sociedad tiene que contar con la orientación de las instituciones que la representan políticas, cívicas, culturales, empresariales, sindicales, profesionales, religiosas, todas deberían establecer mecanismos sintonizados en una misma dirección: el desarrollo del país.

La Junta Central Electoral debería hacerse eco actualizado del acontecer nacional y orientar a la ciudadanía, sin embargo en lugar de credibilidad siembra la desconfianza cuando toma decisiones que la cuestionan ante la misma Ley Electoral y provoca medidas de amparo en un sector político que se siente amenazado. La JCE  desconcierta a la opinión pública.

Tenemos que desplegar una amplia campaña para desarrollar la cultura popular por la educación y al margen de las estrecheces egoísta y particularistas de todo tipo que todavía hoy medran a nuestro alrededor con increíble miopía política. No importa quien esté hoy al frente de la administración de gobierno, mañana podría cambiar, lo importante es el país, tenemos siglos de miserias, pero la peor miseria es aquella que se abriga en contra del interés común de la Nación. El gran desafió actual de nuestra sociedad está planteado en términos claros y precisos por desarrollar el sistema democrático dominicano a través de un nivel mayor de participación de las comunidades en todas las actividades cívicas, políticas, económicas y sociales.

Esta integración de la población le permite, un mayor desarrollo y constituirse en base garante fundamental del éxito de la sociedad misma, sobre todo en el momento actual caracterizado por grandes crisis que mortalmente nos afectan a lo interno y externo. Los problemas de la extrema pobreza, el desempleo, los flagelos de la delincuencia y la alta criminalidad, y a una situación internacional cada día más complicada por cuestiones de derecho internacional, lucha de intereses chauvinistas, tratados, agrupamientos comerciales, problemas graves de medio ambiente, y muchos más, y la necesidad urgente de que nuestro país se prepare, ponerse al día y pueda enfrentarlo con medidas correctas de salvaguarda nacional.

Los eventos electorales, presidenciales, congresuales, municipales, son la primera y más importante participación de la ciudadanía en la escogencia consciente de quienes serán sus representantes, en esta oportunidad en el Congreso y los Municipios.

Plantear en este momento la abstención electoral como alternativa política es pedir a la gente que se auto excluya, que se aleje de participar en la mejor y más crucial de las coyunturas históricas que vive el país, y cuando su presencia y participación constituye un elemento decisivo político y social de movilización en el camino de ruptura con el pasado. La actual campaña electoral es parte integral de un mal de fondo que tenemos que corregir. Orientar a la gente en dirección contraria no solo es apocopar el proceso sino una falta de visión de la realidad dominicana y su perspectiva en lo inmediato, poniendo a la gente de espaldas a una magnifica oportunidad de cambios.

Lo predominante ahora es la situación de crisis que atraviesa el país y esto debe ser el motor de la movilización de la campaña. Y su solución no va a depender de la erudición particular de nadie sino de la preparación y participación democrática de la comunidad y sus avanzadas organizadas y representativas en toda la geografía nacional.

La abstención electoral puede tener su momento y de hecho así ha sucedido, cuando las condiciones políticas no han garantizado las libertades para el ejercicio de este derecho. Pero no es el caso del momento actual. Ahora hay que participar votando para fortalecer y mejorar el sistema. ¿Cuál es el beneficio de la abstención? ¿Produce cambios en las estructuras y coadyuva al progreso? ¿Habrá algo más beneficioso para nuestro pueblo que trabajar en la construcción de su propio destino?

Nadie crece y se desarrolla aislado en la soledad del ermitaño. Que el pueblo participe y se eduque. Vivimos en libertad y podemos luchar por la mejoría de nuestro status democrático. No nos dejemos confundir, la abstención electoral es un atajo para emboscarnos y golpear la movilización ciudadana. No a la abstención, participa y crece!

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