“¿Por qué somos pobres… haciendo campañas?”

“¿Por qué somos pobres… haciendo campañas?”

“¡Sopla!… ¡Qué poca imaginación y abuso de poder!… No hago más que doblar a la derecha en la avenida Las Américas, para entrar a dejar a un familiar al Aeropuerto de la capital y mi vista se encuentra con un adefesio en color negro, pintado en la base de concreto del elevado que penetra a la misma vía desde el Este, que promueve una dirección de internet que, un poco más adelante en la misma vía, nos da en la cara con la misma pintura negra que reza “¿Por qué somos pobres?… ¡Un solemne disparate!”… Así se expresa Cucharimbita…. Incómodo hasta la tambora, ante tanta desfachatez y falta de respeto a todos nosotros los que pagamos impuestos para que se cuiden nuestras vías…

“Cálmate Cucharimbita –replica Píndaro-… Ni tanto huele la flor, para que te pongas así de incómodo”.

“¡Claro que sí!–responde con el puño en el aire- ¿Tú crees que es posible, que un pasajero que va a salir del país se lleve una imagen como la que se proyecta en ese mensaje?… ¿Por qué se usa el trasfondo de la pobreza para querer crear una inquietud en el viajero que se apresta a abandonar el país…?

“Bueno, en parte tienes mucha razón… refunfuña Píndaro… y, agrega: tiene que ser alguien con mucho poder en el gobierno, para utilizar a su antojo un espacio público que, desde su construcción -hace poco más de una década- ha sido la proyección de todos los escudos de los países de Las Américas, en honor a la avenida que le precede…. Es de muy mal gusto que, mientras a otros que pintan mensajes en la calle se les tilda de grafiteros y se les condena a priori, a los creadores y embardunadores de este disparate se les permita, no sólo utilizar este espacio público libremente sino también que promuevan una imagen tan negativa a los turistas que se aprestan a dejar nuestro país, y la relacionen a los nombres de nuestras provincias…”.

“Lo que pasa es –expresa Cucharimbita– que hay gente con poder económico que, a escondidas, se mofan de los que no gozan de ello y, con sus palabras al viento, a lo claro y en un libertinaje rampante –como es el referido caso- le estrujan al resto de la población su supuesta pobreza, a través de la pregunta de ¿por qué somos pobres?

“Caray, amigo… -refiere Píndaro- ¡Qué pobres de espítiru son esos supuestos creativos!… ¡Qué pobres de mente son cuando, valiéndose de espacios consagrados al respeto hacia el público que los paga, están creando cizaña… ¡Quién sabe para qué!… ¡Qué pobres se muestran!… ¡Con menos de un dedo de frente¡… Se aprovechan de la bondad de todos, para atreverse a cuestionar el por qué nuestro país es tan pobre… ¡No sólo se conforman con murmurarlo entre sí, sino que lo enrrostran en la cara no sólo de nacionales, sino de extranjeros visitantes!

“Si es verdad que nuestras autoridades se respetan, como así lo creemos hasta verificación en contrario –dice Cucharimbita- esperamos que este mismo lunes procedan a borrar ese embadurnamiento en cada una de las columnas que afean tan grotescamente la entrada a nuestro mejor aeropuerto en el país… Quizás, deberían aprovechar para utilizar adecuandamente estos pilares, o quitarlos definitavamente para evitar la contaminación visual”.

Y, Píndaro sentencia: “La pobreza es la riqueza de la humildad en la vida… La riqueza es la base para que, con humildad, se combata la pobreza… no para que se le recuerde a quien es parte de ella… ni se le use con cuestionamientos inútiles a través de mensajes de campañas en lugares públicos, cuando todos sabemos por qué somos pobres… ¡Basta ya de tanta politiquería barata!… ¡El pueblo se harta!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas