LONDRES. La campaña electoral de Gran Bretaña fue suspendida el domingo después del ataque terrorista de la víspera en Londres, la segunda vez en dos semanas que el Reino Unido se ve obligado a hacer una pausa para dar espacio al dolor y la reflexión tras un atentado. El tema de la seguridad, sin embargo, volvió a ocupar el primer lugar de la agenda política.
Los principales partidos políticos suspendieron la campaña nacional luego de que siete personas murieron y casi 50 fueron hospitalizadas por un ataque con una camioneta y cuchillos el sábado por la noche en la bulliciosa área del Puente de Londres.
La campaña electoral también fue suspendida durante tres días a raíz del ataque con bomba luego de un concierto el 22 de mayo en Manchester, que causó la muerte de 22 personas.
La primera ministra, Theresa May, dijo que siguen adelante los planes para las elecciones del jueves próximo, porque “no permitiremos nunca que la violencia interrumpa el proceso democrático”.
El líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, coincidió en ese estado de ánimo al decir que “quienes quieren dañar a nuestro pueblo, dividir nuestras comunidades y atacar nuestra democracia no tendrán éxito”.
Asimismo, el líder liberal demócrata Tim Farron declaró que “el resto de esta campaña debe dar una muestra colectiva de desafío y orgullo por nuestros valores democráticos”.
El único que se negó a hacer una pausa en la campaña fue el Partido de la Independencia del Reino Unido, de derecha, que no tenía miembros en la Cámara de los Comunes de 650 escaños antes de que se convocara la elección. Su líder, Paul Nuttall, dijo: “Me niego a suspender la campaña porque esto es precisamente lo que los extremistas querrían que hiciéramos”.
Sin embargo, incluso con la campaña suspendida formalmente, May hizo una declaración formulada en palabras fuertes y con una carga inevitablemente política, frente a su oficina en 10 Downing St. Argumentó que “las cosas necesitan cambiar” en la lucha contra el terrorismo internacional.
May dijo que Gran Bretaña se enfrenta a una nueva amenaza de ataques de copia y que “es tiempo de decir basta”. La primera ministra pidió acuerdos internacionales para frenar el extremismo en línea, se pronunció por penas de prisión más largas por delitos de terrorismo y argumentó que “hay demasiada tolerancia al extremismo en nuestro país”.