Por sí solas, las tecnologías no reducirán la pobreza  ni mejorarán la educación

<SPAN>Por sí solas, las tecnologías no reducirán la pobreza  ni mejorarán la educación</SPAN>

POR M. ARISTY CAPITAN
La coordinadora técnica de la Comisión Nacional para la Sociedad de la Información y el Conocimiento, Amparo Arango, afirmó ayer que aunque tienen potencial para promover el desarrollo, las tecnologías ni van a reducir la pobreza ni van a mejorar la educación por sí solas.

«Hay que concienciar acerca del potencial que pueden tener pero ese potencial pero hay que trabajarlo. No van a reducir la pobreza ni van a mejorar la educación. Van a contribuir pero dentro del marco de unas políticas públicas», dijo Arango al participar en el almuerzo semanal del Grupo Corripio.

Esas políticas públicas tienen que incluir una adecuada integración de las herramientas tecnológicas en el sistema educativo. «Hay que incluirlas en el modelo educativo. Eso implica trabajar con los maestros, con los alumnos y la parte pedagógica. Si no se hace así, va a ser simplemente un problema».

En ese sentido, Arango indicó que es necesario poner las tecnologías al servicio del desarrollo porque de lo contrario las tecnologías y los paradigmas ampliarán más la desigualdad social. «Ese es un tema de agenda política mundial», dijo..

Por otra parte, Arango dijo que la República Dominicana aún tiene leyes pendientes si quiere integrarse plenamente a la Sociedad de la Información y el Conocimiento, un tema que requiere de una agenda mínima regulatoria que controle el uso de las tecnologías.

Señalando que el país necesita renovar su marco jurídico e integrar nuevas normas que son necesarias para reglamentar el mundo tecnológico, resaltó que entre las leyes que hace falta está la de protección de datos del consumidor.

Tras informar que existe una propuesta para empezar a preparar una propuesta de ley en torno a ese asunto, Arango explicó que dentro de poco todas las personas tendrán sus datos en línea y deben tener el derecho de protegerlos.

«Tenemos que vigilar el tema de los derechos en el tema del Internet. O sea, que hay una agenda pendiente en la cual se está avanzando, se están empezando a preparar los anteproyectos pero para que salgan de manera consensuada se toma tiempo».

La mejor muestra del tiempo que puede tomarse una ley es el que tardaron en preparar la de crímenes y delitos de alta tecnología: seis años. «Fue una ley en la que participó el sector privado, participó el sector público, participaron los partidos políticos. Fue una ley que se tomó mucho trabajo pero finalmente salió».

Lo que queda pendiente en torno a esta ley, se quejó Arango, es que hay que darla a conocer. «Hay que difundirla. La ciudadanía tiene que conocer esa ley, hay que reglamentar esa ley y hay que ponerla en marcha».

UN MARCO LEGAL COMPLETO

Para María Waleska, miembro de la Comisión Nacional para la Sociedad de la Información y el Conocimiento, la República Dominicana tiene uno de los marcos legales más completos e integradores de la región en materia de leyes de propiedad intelectual, comercio electrónico y uso de las tecnologías.

Tras indicar que desde hace tiempo existía la ley de comercio electrónico, Waleska indicó que la de crímenes y delitos de alta tecnología es más reciente y busca castigar los actos ilícitos que se cometen a través de la red y de los medios tecnológicos en general.

Lo único que no contempla esta ley es castigar el correo basura que asalta diariamente a los usuarios de la red. «Aunque no forma parte de la ley, a través de una comisión intersectorial, se está trabajando en las políticas para controlar el spam», dijo Waleska al tiempo de agregar que el marco legal está apoyado por las tendencias internacionales.

Estas políticas de control, que no forman parte de los marcos legales, también son usadas en otros países por lo cambiante que es el mundo cibernético. «Lo que se ha buscado es una unión de los diferentes sectores, público, privado y de la sociedad civil, para ver de que manera podemos controlar la emisión de esos correos indeseables que muchas veces son un medio de comercialización».

Lo delicado de este punto, advierte Waleska, es que hay que cuidar que no se vea afectado el comercio electrónico. Por ello, resaltó, hay que tener cautela en torno a este tema.

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