Saber perdonar no es sólo una cuestión moral, ya que la mayor parte de las veces resulta un ejercicio positivo para la salud psíquica y física.
Para poner fin a los resquemores que te atormentan, ten en cuenta las siguientes pautas:
El punto de partida para perdonar es reconocer cómo te sientes sin reprimir tu dolor.
Tómate tiempo; perdonar requiere buena dosis de paciencia.
Seguramente tú también hayas ofendido a alguien alguna vez. Piensa lo que sentiste cuando fuiste perdonado.
Trata de entender porque actuó de esa manera quien te ofendió.
Analiza las circunstancias que pueden haber influido en su comportamiento.
Imagínate que ya no tienes nada contra quien te hizo daño y escribe cinco razones por la que deseas perdonarle.
Recuerda que el perdón supondrá una liberación para ti.