Por un año nuevo con felicidad y dignidad

Por un año nuevo con felicidad y dignidad

Teófilo Quico Tabar

Como los últimos dos jueves, 25 de diciembre y 1ro. de enero no circularon los diarios, deseo expresarles mis mejores deseos. Para muchos, los fines y comienzos de año son tiempos de tradición y reflexión y donde mayores manifestaciones colectivas de felicitaciones se expresan, pero es la época donde se ponen en evidencia las grandes diferencias sociales que campean a nuestro alrededor, entre la gente que vemos o que compartimos. Mientras unos conservan las tradiciones, otros cambian al ritmo en que cambia su nivel económico y social.

Porque hay bienes necesarios, sin los cuales los humanos, sean ricos, clase media, pobres o menesterosos, no pueden vivir. Esos bienes tienen en cierto aspecto un valor diferente e infinito. Si los bienes de necesidad pueden definirse de manera bastante rigurosa y pueden ser, con exactitud, censados y evaluados, los bienes de dignidad son muy variables, según los medios, las clases sociales, las situaciones políticas, etc.

Para unos, la vida digna se amolda y acomoda al tipo de ropa que usa, que en muchos casos son viejas, remendadas o rehusadas, mientras que para otros los trajes de lana, lino, seda, etc. confeccionados por famosos modistos o adquiridos en tiendas de renombre, resultan indispensables. Se hace difícil establecer una distinción exacta, pues depende mucho del nivel de educación y civilización, de las tradiciones, de la psicología, de los distintos medios.

Pero todo el que nace tiene derecho a recibir de la sociedad, aunque a título de préstamo, los bienes de necesidad, o sea, los bienes indispensables para vivir dignamente. Todo el que realiza un esfuerzo normal de producción de los bienes de necesidad, tiene el derecho a recibir esos bienes, ya sea de su familia, las empresas o el Estado, cuando por enfermedad, vejez u otras razones, se vean alejados o privados de los trabajos productivos.

Tanto los bienes de necesidad como los de dignidad en su conjunto pueden definirse como bienes primarios. Entonces, se hace necesario crear, para su producción y distribución en la economía, un sector contra la codicia, especulación, corrupción, inflación y contra todo tipo de riesgos provenientes de los desórdenes y los conflictos de cualquier tipo, constituyendo lo que podría ser un Sector de Seguridad Humanitaria.

La sociedad debería exigir de forma contundente a todos los sectores importantes e influyentes, a los políticos, y de manera especial a quienes detentan el poder, crear las condiciones necesarias para que cada ciudadano pueda obtener los bienes que le permitan vivir en dignidad, porque es una responsabilidad de la sociedad misma, la que está en deuda con los muchos que no alcanzan a cubrir ni siquiera mínimamente esas necesidades, o porque no cuentan con trabajo donde obtener salarios dignos para satisfacer esas necesidades.

No me refiero a necesidades de comodidad o confort, a las cuales todo ser humano tiene derecho, sino a las necesidades primarias, a las que le permita a cada dominicano vivir en dignidad, y poder entender mejor el mensaje de: Próspero Año Nuevo.

 

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