Por un concierto de voluntades

Por un concierto de voluntades

El SeguroNacional de Salud (Senasa) y el Centro de Gastroenterología, Centro de Educación Médica de Amistad Domínico-Japoneses (Cemadoja) y el Centro CardioNeuroOftalmológico y Trasplante (Cecanot) están enfrentados. El desacuerdo obedece a que los dos centros autogestionarios rechazan la tarifa de servicios médicos que, según afirman, habría impuesto Senasa de manera unilateral. De no ser resuelto a tiempo este conflicto afectaría a los asegurados del régimen subsidiado de la seguridad social, que quedarían sin los servicios de estos centros de medicina de alta tecnología.

Se necesita un concierto de voluntades que le busque una solución urgente al problema. Creemos que el Estado, que está obligado a velar por la salud de los abonados al régimen subsidiado, debe salir al ruedo para armonizar los intereses de las partes enfrentadas y evitar que colapse el servicio que reciben los pacientes más pobres. Hay que analizar los argumentos de las partes y cotejarlos a la luz de los compromisos y deberes de cada parte en la seguridad social.

El Estado tiene que actuar de manera oportuna para cubrir cuantos costos sea necesario, con tal de garantizar la continuidad de la prestación de los servicios de los centros de autogestión. Es una solución que hay que buscar cueste lo que cueste y sin la menor pérdida de tiempo.

MAL MAESTRO DA MALA ENSEÑANZA

El Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad
Educativa (IDEICE) ha obtenido resultados decepcionantes en una prueba dirigida a medir el dominio de las matemáticas básicas por parte de maestros del primer ciclo del nivel básico. En esa prueba, solo el 1,18% obtuvo nota sobre 90 puntos y al menos un 65% de los examinados logró 65 puntos. Estas calificaciones dan una idea dramática de la pésima formación de los maestros de nuestro país.

Las circunstancias demandan que haya un esfuerzo grandioso para mejorar la calidad de la formación de docentes. La fuerte inversión en educación que ha hecho el Estado tiene que contemplar entre sus prioridades la buena formación de los educadores. Con maestros mal formados nada bueno saldrá de nuestras escuelas y la inversión en educación sería un auténtico desperdicio.

 

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas