Por un mundo mejor

<p>Por un mundo mejor</p>

SERGIO SARITA VALDEZ
John Lennon fue uno de los integrantes del grupo de rock británico Los Beatles, agrupación que causó furor en el mundo de la década de los sesenta del pasado siglo XX. Para el año 1971 Lennon compuso una canción titulada Imagine, la que pronto habría de convertirse en un himno a la paz que se oponía a los clarines de guerra que retumbaban a lo largo y ancho de la tierra de Vietnam.

La melodía en cuestión, en parte, algo así: “Imaginemos un mundo sin fronteras/ lo cual no es difícil de lograr/ Nadie a quien matar, ni por quien morir/ sin religión alguna/ imaginemos a toda la gente/ viviendo en paz/ Usted dirá que soy un soñador/ pero le advierto que no soy el único/ espero que algún día se nos una/ para que hagamos un solo mundo/ imaginemos un universo sin posesiones/ me pregunto si consigues imaginártelo/ sin codicia y sin hambre/ una hermandad de hombres/ imagínate a la gente/ compartiendo todo el mundo”.

John se convirtió en un líder pacifista recorriendo diversas latitudes y en todos los lugares que visitaba exponía su filosofía y principios de manera libre y clara. En un momento dado muchas organizaciones lo enfrentaron con dureza haciendo amplias y eficaces campañas para boicotear su música y sus presentaciones. El día ocho de diciembre de 1980 a la edad de 40 años en la ciudad de Nueva York, un fanático enloquecido le entró a tiros al artista segando de un modo trágico la vida del controversial músico y compositor.

Con anterioridad, a finales de la década de los cuarenta, un hombres con una delgada corpulencia, pero grande y sabio en espíritu, Mahatma Gandhi, alertaba a su pueblo hindú acerca de las consecuencias del conflicto que mantenía con los musulmanes paquistaníes y le hacía la siguiente advertencia:” Nunca he querido anticiparos el futuro, porque Dios me concedió un cerebro y un corazón que sólo conocen la verdad. Confiando en ellos, voy a proporcionaros una imagen del futuro; en el caso de que por cualquier razón fracasásemos a la hora de seguir manteniendo unas relaciones amigables entre los dos países, no sólo con los musulmanes de la Unión India, sino con los del mundo entero, deberíamos saber, y de esto no me cabe la menor duda, que la India cesaría de ser nuestra y pasaría a manos extrañas, convirtiéndonos en esclavos, y que Pakistán se sumiría asimismo en la esclavitud y la Unión caería de rodillas y perderíamos nuestra libertad tan duramente ganada”.

Mil novecientos sesenta años antes que Lennon y 1,947 años antes que Gandhi, un humilde aldeano de Galilea, Jesús, aconsejaba al joven rico: “Si quieres llegar a la perfección, anda a vender todo lo que posees y dáselo a los pobres. Así tendrás un tesoro en el cielo, y luego vuelves y me sigues”. En otra gloriosa ocasión sacó del alma estas bellas y hermosas palabras:”Felices los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios. Felices ustedes que ahora tienen hambre, porque serán satisfechos. Felices ustedes que lloran, porque reirán. Felices ustedes si los hombres los odian, los expulsan, los insultan y los consideran unos delincuentes a causa del Hijo del Hombre. En ese momento alégrense y llénense de gozo, porque les espera una recompensa grande en el cielo. Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes”.

Stanley Solana en la biografía de Gandhi abre el capítulo final con esta reflexión: “Lo que pervierte las conductas es el odio y el fanatismo. Una combinación que lleva al desprecio de la vida humana. Creer que dando muerte a alguien se puede cambiar el curso de los acontecimientos supone una locura, porque un recurso tan violento siempre provoca una cadena de represalias, las cuales terminan por dar forma a un desenlace todavía más violento”.

Concluye el libro sobre Gandhi con un cierre lapidario: “Porque estos hombres únicos nos enseñan que vivir aferrado a las utopías más fantásticas puede llevar, en ocasiones, a conseguirlas si se lucha con una gran tenacidad, sin distraerse con objetivos superfluos. Y si encima quien lo obtiene no se enriquece, porque la última rupia que cae en su mano la emplea en beneficio de los demás, sólo podemos considerarle un Héroe en la más pura de las definiciones”.

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