AMPARO CHANTADA
Pasaron por fin las elecciones y nos queda una frustración, no por el resultado, sino por la pobre actuación, técnico-comunicacional que puntualizó el proceso electoral.

La Junta Electoral hizo educación electoral. Enseñó a nuestra población a hacer fila, a marcar en una figurita, a doblar una hoja, a firmar frente a su nombre, a dar un dedo para que se lo ensucie hasta el día de hoy e irse para su casa. En orden y con disciplina. Educación electoral significa educar el pueblo para que ejerza un derecho constitucional, y en R. D., las “presidenciales” son  uno de los contados momentos de la vida civil donde se consulta al ciudadano, y todo eso solamente para delegar un poder.

Cualquier ciudadano educado, al extranjero o dominicano que presenció elecciones en Europa sabe que la educación electoral no puede reducirse a los actos pre electorales, sino que el proceso educativo debe prolongarse después de la votación, hasta la divulgación de los resultados.

 Educación electoral no es  conocer quién ganó las elecciones:  Educación electoral es el proceso por el cual, después de haber tomado la decisión secreta de por quién votar, el pueblo en su conjunto recibe las informaciones  sobre el comportamiento político nacional, municipios por municipios o provincias por provincias; analiza  el comportamiento electoral de sus conciudadanos, procesa para clasificar,  agrupar y con una cartografía adecuada puede visualizar al instante  el comportamiento del electorado a nivel nacional o regional o también a nivel urbano.

En este proceso electoral, después la violación a la Ley Electoral con la difusión de los resultados a “boca de urna”, la ciudadanía fue privada del mejor momento. Esperamos que para las próximas elecciones, los analistas políticos se hagan acompañar de geógrafos electorales que permitan a la población analizar no solo los comportamientos, sino las evoluciones, las regresiones, comparando con elecciones anteriores,  con mapas electorales sincrónicos con los resultados.

Así podremos decir que las elecciones contribuyeron a elevar el nivel cultural del pueblo, como parte de un proceso educativo electoral más completo, donde el espacio sea percibido como uno de los componentes dinámicos del proceso electoral.