Por un salario competitivo

Por un salario competitivo

El consenso más difícil de lograr, en este país que habla tanto de competitividad, es el que pretende una indexación del salario que permita compensar la pérdida de poder adquisitivo causada por diversos factores, entre ellos la especulación y las alzas reales de los precios de bienes y servicios. Hay quienes apelan al fantasma de la espiral inflacionaria para oponerse a la creación de un mecanismo de indexación que ha funcionado bien en otras economías. Con un salario estático, la población ha visto moverse en alza todos los precios y ha tenido que hacerle frente a la situación con ingresos cada vez más desgastados.

La resistencia al reajuste salarial es tal que permanecen estancadas las negociaciones entre representantes patronales y sindicales. El mismo sector empresarial se queja porque los trabajadores viven más pendientes de las prestaciones que de las tareas que les corresponden en los medios de producción y que por esa causa el país es poco competitivo. La otra cara de esta realidad es que la falta de indexación salarial, frente a un costo familiar cada vez más elevado, hace al trabajador poco competitivo en términos de calidad del trabajo. No se trata de que las partes en la discusión salarial acepten sumisas las aspiraciones de la otra parte, sino que se entienda que la competitividad tiene entre sus componentes la calidad de vida del trabajador.

Tendencia preocupante

La crisis financiera que ha zarandeado a las economías del mundo y ha sumido en la peor depresión el intercambio comercial, podría ser un caldo de cultivo para una fase no menos crítica para la humanidad. La tendencia de los precios petroleros debe ser observada con bastante atención, sobre todo porque el factor especulación, que aumentó el crudo a precios prohibitivos, podría ser el medio de compensación financiera que utilicen los países productores.

Al margen de los factores monetarios -pérdida de valor del dólar, entre otros- la tendencia de los precios petroleros parece dominada por la necesidad que tienen los países productores de resarcir o compensar los desbalances que les ha provocado la crisis global. Países como el nuestro deben prepararse para esta eventualidad, acelerando en cuanto se pueda la sustitución del petróleo por biocarburantes y fuentes de energía renovable y evitando despilfarro de combustibles y electricidad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas