Los fondos de pensiones pertenecen a los trabajadores. Es un  ahorro que alimentan para cubrir su retiro, una vez que cumplan el tiempo reglamentario. Hay depositados 107,000 millones de pesos, que aumentan y ganan intereses. Son fondos con vocación de ser invertidos en proyectos de menor riesgo, con todas las garantías de retorno, de ser devueltos a las arcas que los guardan para los trabajadores.

Parece llegado el momento de invertir los fondos de pensiones en proyectos. El Poder Ejecutivo ha sometido un proyecto de ley para abrir el acceso a esos recursos. El Congreso tiene que decidir sobre la materia y lo aconsejable es que se hagan vistas públicas y consultas para escuchar pareceres. Por mandato de ley, los trabajadores, dueños de esos fondos, tienen que ser consultados para su uso. Ese ritual debe ser cumplido al pie de la letra.

Para el uso de esos fondos tiene que haber garantía de que serán invertidos en proyectos viables y de que su retorno se producirá en plazo razonable. Si se invierten en proyectos inmobiliarios, particularmente ejecutados por el Gobierno, debe haber absoluta seguridad de que los pagos de los adquirientes irán a pagar a la cuenta que corresponde a las pensiones. No se objeta el uso de los fondos, pero se exige que al emplearlos se actúe con transparencia absoluta.

Protección para el productor

Los productores de ajo de Constanza han disipado un gran temor, al lograr que se les garantice un nivel adecuado de rentabilidad por su cosecha de este año. Una alianza entre el Ministerio de Agricultura y varias empresas comerciales privadas ha comprado  la cosecha a precio rentable para ellos y la irá liberando gradualmente al mercado para mantener estables los precios al consumidor. La pignoración surte un efecto verdaderamente protector para productores y consumidores.

La operación le saca las castañas del fuego a productores que carecen de almacenes adecuados para conservar un producto perecedero como el ajo y poder lanzarlo gradualmente al mercado para mantener estables los precios. Esta operación también se practica con el arroz, con igual fin. Hay que ampliar estas alianzas entre Agricultura y empresas comerciales privadas para otros renglones cuyos productores necesitan protección y rentabilidad asegurada.