Por una campaña de más dignidad

Por una campaña de más dignidad

Mucho convendría que el proselitismo, iniciado prematuramente, no incluyera, como antes, mucho de ruidosa e insustancial; con consignas, discursillos y volantes de lugares comunes y de vallas costosas. De multitudes movilizadas a base de muchos millones de pesos. Que no condenen al país a estridencias para llenar un vacío de argumentos de solidez y credibilidad. Que algunos aspirantes (los más contundentes en la cosmovisión) no traten de ganar simpatías exagerando propagandísticamente los méritos por una atención, más o menos efectiva, a lo coyuntural y a la regional sin admitir que ya el erario no da para más y que desde hace buen tiempo, la ejecución de cada obra obliga a un endeudamiento que podría agotar la capacidad de pago.

Buena parte de lo que debemos viene de una campaña anterior. Aunque muchas promesas y obsequios se traduzcan en votos, el elector que aspira a un ejercicio superior del poder deberá demandar auténticos compromisos de cambios estructurales e institucionales para garantizar un mejor futuro. Podría ocurrir además que muchos dominicanos se desdoblen como otras veces; entusiasmados con ofertas o que simulen adhesión para buscar beneficios en los jolgorios mientras por lo bajo, o cuando se le acerca un encuestador, digan que los políticos son decepcionantes y que muchos males se deben a algunos de ellos mismos. Lo que sería creíble.

Condena dudosa que debe expirar

La prisión prolongada y con visos de desproporcionada que ha sufrido el líder opositor venezolano Leopoldo López, ha merecido muchas críticas y ha movido a campañas internacionales por su excarcelación. Ha sido visto como víctima de la intolerancia, en un país convulsionado políticamente, en crisis económica y en el que los gobernados desesperan por salir de sus problemas de subsistencia y los gobernantes por seguir en el poder a toda costa.

De buenas a primeras el fiscal que sostenía las acusaciones que llevaron a condenar a López a 14 años de prisión buscó asilo no sin antes dejar a la prensa venezolana un vídeo en el que confiesa que acudía al juicio bajo presiones políticas del gobierno y denunció como falsas las pruebas que presentaba. Eso debería ser suficiente para anular el proceso y excarcelar a López.

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