Por una corriente alternativa progresista

Por una corriente alternativa progresista

Más allá, incluso de la candidatura, está el de contribuir a articular una corriente alternativa, progresista, que pueda desarrollarse, ahora, y más allá de las elecciones del 20 de mayo del 2012, que incluya organizaciones políticas, organizaciones sociales, agrupamientos de ciudadanos y ciudadanos, e incluso, ciudadanos y ciudadanas independientes, que asuman la consigna de “hay que atreverse ya y ahora”, y donde encuentre eco y solución toda la rabia y la indignación que tienen las ciudadanas y ciudadanos honestos, principalmente los jóvenes.

Ese es el horizonte con que tenemos que asumir la situación actual y su futuro inmediato.  En el mismo, la candidatura no puede ser otra que una alternativa progresista, con una posición contra el bi-partidismo, sin dobleces, sin negociaciones ni tratativas “tácticas posibles” y con un programa progresista.

La candidatura pasaría a ser, entonces, parte de todo este tinglado, y ésta no puede ser más que progresista, con garantías de que el o los candidatos tengan la tradición y el valor de cumplir con la palabra empeñada y no rehuir a los enfrentamientos,  por encima de cualquier consideración.

En una visión de este tipo, no hay que estar necesariamente con tal o cual candidatura. Cada quien tiene el derecho a esperar que ésta demuestre su coherencia con lo que promete y el país necesita; una visión de este tipo tiene que ser integradora y estructurante de todo lo honesto y progresivo. Su exclusividad debe provenir de la intransigencia comprobada de que practica lo que se compromete públicamente. Y si algunos colectivos prefieren permanecer “independientes”, ello podría debilitar la candidatura pero no debilita el desarrollo de una corriente alternativa progresista, que garantice una verdadera oposición política más allá del 16 de agosto próximo.

A lo que no se le puede hacer concesiones es a la pasividad o al apoyo al bi-partidismo (abierto o encubierto), a nombre de unos peligros (que son reales) pero que este pateado país los ha venido soportando desde que los sectores progresistas resultamos incapaces de contribuir a crear una opción alternativa propia.

En una visión de este tipo caben todos los sectores que asumen la necesidad de crear una fuerte corriente social-política alternativa, que participe en el proceso electoral para empujar vientos de lucha hacia su corriente progresista. Lo de la votación podría venir después que sean dejadas atrás las actuales querellas; las competencias estériles y las mezquindades.

La vida nos dirá en unas cuantas semanas, por dónde anda la razón. Pero no nos escudemos en las actuales mezquindades e inconsecuencias para sumarnos vergonzosamente al bi-partidismo, ni apelemos a ninguna excusa para rehuir sumar nuestros esfuerzos al objetivo común.

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