Por una decisión

Por una decisión

En el transcurrir de nuestras vidas se  presentan muchas opciones.  Llegan los momentos en que nos encontramos en una bifurcación. Vemos por delante dos caminos y muchas veces no sabemos cuál elegir. Las emociones, los sentimientos, los deseos, las carencias, el entender válidos los razonamientos humanos,  en muchas ocasiones son el fundamento de nuestra elección, quizás porque no nos detenemos a pensar que por una decisión podemos ser marcados toda la vida; una decisión tomada  un día cualquiera, producto de  un pensamiento que se albergó en nuestro corazón y nos  dio el permiso. Si la elección no fue la acertada, muy pronto, empezamos a vivir las consecuencias las cuales  pueden perseguirnos toda la vida.

Dios dice en Su Palabra que ha puesto delante de nosotros el camino del bien y  del mal, y nos exhorta a  escoger el bien  para  vivir.

Cuando por encima de este conocimiento actuamos según lo que el corazón nos dicta,  todo lo bueno que Dios tenía preparado para nosotros se detiene y el  padecimiento cruel por los errores cometidos se vuelve implacable.

Por una decisión  nos puede cambiar la vida. Por una decisión podemos obtener la realización del plan de Dios para nosotros. Por una decisión pasamos años de dolor y sufrimiento. Por una decisión somos perseguidos por la furia del opresor y envueltos en la más tenebrosa confusión.

A pesar de lo tentadora de la oferta nunca nos inclinemos hacia el mal porque por una decisión podemos vivir años de paz o convertirnos en extranjeros en nuestra propia tierra.  No olvidemos que hay camino que al hombre le parece derecho pero al final es camino de muerte.

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